Acciones o inmuebles: ¿dónde es más seguro invertir?
Acciones e inmuebles constituyen dos activos de inversión bastante tradicionales –aunque, en teoría, los inmuebles entran dentro de las inversiones alternativas–. A primera vista, los mercados transmiten una sensación de volatilidad y continuas fluctuaciones. Por el contrario, el sector inmobiliario parece mucho más estable. Esto es cierto en parte, pero no es bastante para decidir si es más seguro invertir en acciones o en inmuebles.
Lo primero que hay que recordar es que, en este blog, la variable básica para medir la seguridad o el éxito de las inversiones es el tiempo. Es decir, que partimos de la distinción clásica de Benjamin Graham entre inversión y especulación, y creemos, con J. L. Collins, que toda inversión hecha con el foco a corto plazo es más bien especulación, mientras que toda inversión exitosa es, por definición, una inversión a largo plazo. Por tanto, en este artículo exploraremos la inversión en acciones y en inmobiliario desde el punto de vista de la inversión a largo plazo.
Invertir en acciones
Si no intentamos predecir lo que hará el mercado ni elegir ganadores, la inversión en acciones parece una actividad razonablemente segura a largo plazo. Sabemos que el market timing es una estrategia condenada al fracaso. Por otra parte, la gestión activa muy pocas veces genera resultados positivos. Warren Buffett es la excepción, no la regla, y su enfoque, en todo caso, se centra en la inversión en valor y el largo plazo.
Dicho esto, las acciones tienen ventajas claras. Por una parte, permiten diversificar la cartera participando en diferentes sectores, industrias o países. Son instrumentos líquidos que pueden comprarse o venderse fácilmente en los mercados bursátiles. Y su rentabilidad potencial es alta, sobre todo –lo habéis adivinado– a largo plazo.
Entre los inconvenientes, hay que citar la volatilidad. La coyuntura económica y, a veces, eventos externos e impredecibles –como catástrofes naturales o atentados– pueden sembrar la desconfianza en los mercados y trastocar el precio de las acciones. Sin embargo, si optamos por invertir en acciones a largo plazo mediante fondos indexados y aplicando un plan de inversión constante, amortiguaremos esa volatilidad mejorando, además, la rentabilidad.
Invertir en inmuebles
Los inmuebles tienen atractivos claros. Todo el mundo sabe qué es y para qué sirve una vivienda o un edificio de oficinas. Es un activo tangible cuyo valor, aunque pueda variar, rara vez será cero –algo que sí puede ocurrir con las acciones–. Por eso la inversión inmobiliaria ha tenido y sigue teniendo una gran aceptación. Por una parte, permite generar ingresos pasivos mediante alquileres: es el caso de la inversión tradicional en vivienda para alquilar. Las propiedades inmobiliarias tienden a aumentar de valor con el tiempo, con lo que permiten obtener plusvalías con su venta.
Entre los inconvenientes de invertir en inmuebles, hay que citar las barreras de entrada: la inversión inicial en propiedades puede ser significativamente más alta que la compra de acciones. Al mismo tiempo, es una inversión poco líquida: el proceso de compra y venta de propiedades puede llevar más tiempo y ser menos líquido que el mercado de valores. Y conlleva costes de mantenimiento y de gestión –en dinero y tiempo– que hay que considerar.
Ahora bien, si elegimos invertir en inmuebles mediante crowdfunding inmobiliario, podemos reducir enormemente la barrera de entrada. Con Urbanitae, es posible invertir en proyectos inmobiliarios desde solo 500 euros. Por eso mismo, la diversificación por tipo de inmueble, localización o riesgo es perfectamente posible. Y, aunque las inversiones siguen siendo ilíquidas –no se puede retirar la inversión hasta que finaliza el proyecto–, el crowdfunding evita al inversor los costes de la gestión de inmuebles y todos los trámites.
Acciones o inmuebles: ¿dónde es más seguro invertir?
La seguridad en las inversiones es relativa y depende en gran medida de la tolerancia al riesgo y los objetivos financieros del inversor. En última instancia, la clave radica en comprender tus objetivos financieros, tu tolerancia al riesgo y tu horizonte de inversión. Tanto las acciones como el sector inmobiliario pueden desempeñar un papel crucial en una estrategia de inversión bien equilibrada.
Si enfocamos nuestras inversiones hacia el valor y el largo plazo, podemos ver las acciones y los inmuebles como activos complementarios para generar una cartera de inversión rentable y equilibrada. Los índices bursátiles siempre se revalorizan a largo plazo, y algo parecido ocurre con los inmuebles. Si optamos por invertir en acciones mediante fondos indexados y en inmuebles mediante crowdfunding inmobiliario, reduciremos al mínimo el riesgo sin renunciar a lograr rendimientos atractivos en un plazo de 10, 20 o 30 años.