¿Es mejor amortizar deuda o invertir?
Una decisión que a menudo enfrentamos es si debemos utilizar nuestro dinero para pagar deudas existentes o invertirlo en busca de rentabilidades atractivas. La respuesta depende de varios factores. Te explicamos los aspectos principales para que puedas decidir si, en tu caso concreto, es mejor amortizar deuda o invertir.
Lo primero que hay que tener en cuenta es que no todas las deudas son malas, aunque sería preferible no tener ninguna. Puede parecer obvio, pero no estamos hablando de la misma deuda cuando nos referimos a la hipoteca que cuando se trata de un crédito al consumo. La diferencia no está solo en la finalidad, sino en el tipo de interés y el valor que aporta cada cosa.
También es importante tener en cuenta nuestro momento vital. Así, es razonable endeudarse mientras se es joven para comprar la casa que será nuestra vivienda habitual, o para montar un negocio. En ambos casos, se trata de algo que puede incrementar nuestro patrimonio o incluso generarnos ingresos. Por otro lado, no es aconsejable pedir un crédito para comprar una tele nueva o incluso endeudarse para comprar un coche… salvo si uno tiene muy claras las implicaciones y no puede hacer otra cosa.
¿Cuánto me puedo endeudar?
Una consideración previa a todo lo anterior es nuestro nivel de endeudamiento. Los porcentajes varían según los expertos, pero hay cierto consenso en considerar que las deudas que sobrepasan ampliamente el 30% de nuestros ingresos pueden complicarnos la vida. La regla del 28/36, por ejemplo, establece que los gastos relativos a la vivienda –hipoteca incluida– no deberían superar el 28% de nuestros ingresos. Si contamos créditos al consumo y deudas como la financiación del coche, el máximo es el 36%.
Otra recomendación general es huir de la deuda a corto plazo. Las catástrofes financieras muchas veces empiezan de manera inocente, con pequeños préstamos o cuotas de la tarjeta de crédito. Aunque el importe no sea muy grande, este tipo de deudas suele tener tipos de interés altos que pueden generarnos un problema grande muy rápido. Por eso conviene cancelar estas deudas lo antes posible.
El caso de las tarjetas de crédito revolving es muy ilustrativo. Estas tarjetas permiten devolver el crédito gastado mediante cuotas mensuales del importe que el titular de la tarjeta elija, con intereses asociados, claro. Pueden ser una herramienta de financiación útil por su flexibilidad, pero el peligro acecha siempre detrás de ellas. Una combinación de intereses altos y cuotas bajas puede ser letal: como explica la analista financiera Natalia de Santiago, si la cuota que elegimos no cubre los intereses, la deuda, lejos de reducirse con cada pago, aumenta. Y gracias al interés compuesto, puede convertirse rápidamente en un problema muy grave para nuestro balance.
Amortizar deuda o invertir
Si no tenemos deuda a corto plazo y tenemos bajo control nuestro nivel de endeudamiento, podemos examinar más tranquilamente qué hacer con nuestro dinero. La duda surge cuando juntamos una cantidad o “nos cae del cielo” por algún premio o alguna herencia: ¿qué deberíamos hacer: amortizar deuda o invertir? La situación más habitual es que esa deuda sea una hipoteca. ¿Qué hay que tener en cuenta?
Una consideración importante son los intereses del préstamo: cuanto mayor sea el plazo, más intereses pagaremos. De aquí se deduce que, si amortizamos hipoteca y reducimos el plazo, podemos ahorrarnos dinero en intereses. Siempre hay que tener presentes las comisiones por amortización parcial (y total) de nuestra hipoteca, ya que son un coste más de la operación.
En España, por el sistema de amortización francés, se pagan muchos más intereses al principio del préstamo que al final. Por eso, reducir plazo tiene más sentido si llevamos pocos años de hipoteca que si estamos acercándonos al vencimiento. Ahora bien, si el tipo de interés que pagamos es bajo, podría tener más sentido invertir el dinero en lugar de amortizar hipoteca.
Para saberlo, habría que echar mano de la tabla de amortizaciones y ver qué intereses podríamos ahorrarnos reduciendo el plazo, y comparar esa cantidad con la que previsiblemente podríamos obtener si invirtiéramos el dinero en lugar de amortizar la hipoteca.
Imagina que tienes una hipoteca de 200.000 euros a 30 años, a un tipo fijo del 3%. Si cada mes pagas la cuota mínima de 843 euros, a lo largo de la vida de la hipoteca, pagarás 103.555 euros de intereses. Si pagaras 266 euros más cada mes, terminarías de pagar la hipoteca en 20 años, ahorrando con ello 37.347 euros. Ahora bien, si hubieras invertido esos 266 euros en lugar de dedicarlos a la hipoteca en algo con una rentabilidad anual del 4%, a lo largo de 20 años habrías obtenido 97.562 euros, es decir, 60.215 euros más que los que te habrías ahorrado en intereses de la hipoteca…
Dicho lo anterior, la recomendación podría ser: amortiza hipoteca si estás en los primeros diez años del préstamo y el interés es alto; invierte mejor si eres joven (la inversión tiene más tiempo para crecer con el interés compuesto) o el interés que pagas por tu préstamo es bajo. La clave está en entender que no hay una respuesta única y que cada elección dependerá de nuestra situación financiera única y metas a largo plazo.
Esperamos haberte ayudado a tomar la decisión de amortizar deuda o invertir. Si te decides por lo segundo, Urbanitae puede ser una buena opción…