Cuentas remuneradas o carteras de ahorro: ¿qué es mejor?

Ahorro e inversión están separadas por una línea fina, la misma que hay entre las cuentas remuneradas y las carteras de ahorro.

Cuentas remuneradas o carteras de ahorro: ¿qué es mejor?

Si eres un inversor amateur o tu tolerancia al riesgo es baja, esto te interesa. Hasta no hace mucho, los productos de ahorro-inversión tradicionales –las cuentas de ahorro y los depósitos– eran todo lo que había. Pero ahora las cuentas remuneradas y las carteras de ahorro plantean alternativas interesantes. Te contamos en qué consisten.

Antes de nada, conviene aclarar que no es lo mismo ahorrar que invertir, aunque ambas cosas pueden verse como las dos caras de la misma moneda. Ahorrar es dejar de gastar, y normalmente ese ahorro lo guardamos en algún sitio, como el banco, no solo para preservarlo, sino para que nos dé intereses. Por eso en este artículo hablaremos de productos de ahorro-inversión.

¿Qué son las cuentas remuneradas?

Una cuenta remunerada es un tipo de cuenta bancaria que ofrece un interés sobre el saldo depositado. Permiten realizar operaciones cotidianas como transferencias y domiciliaciones, ofreciendo al mismo tiempo una rentabilidad similar a la de una cuenta de ahorro. A diferencia de una cuenta corriente convencional, que típicamente no genera intereses, las cuentas remuneradas permiten que tu dinero crezca mientras mantienes la flexibilidad de una cuenta corriente.

Eso es, en teoría, lo que ofrecen las cuentas remuneradas. Son cuentas a caballo entre la cuenta de ahorro y la cuenta corriente, ya que permiten operar normalmente y ofrecen una rentabilidad a su titular. ¿Cuál es el truco? Las condiciones. Las cuentas remuneradas suelen ofrecer intereses atractivos al principio –durante los primeros tres, cuatro, cinco o seis meses– y más bajos después. Además, es frecuente que se requiera una cantidad mínima o máxima de dinero para poder abrirla, o incluso contratar algún producto asociado –como una tarjeta–, domiciliar la nómina, etc.

Cómo se establece la remuneración en una cuenta remunerada

La remuneración de las cuentas remuneradas puede variar según las condiciones establecidas por el banco. Algunos factores incluyen:
Franquicia: Un tope hasta el cual se remunera el saldo, por encima del cual el dinero no genera intereses.
Saldo mínimo: Algunas cuentas requieren un saldo mínimo para empezar a generar intereses.
Tipos de interés: Pueden ser fijos, variables o progresivos según el saldo.
Promociones: Períodos promocionales con tasas de interés más altas.

Ventajas de las cuentas remuneradas

Las cuentas remuneradas ofrecen varios beneficios que las hacen atractivas para los ahorradores:
Rentabilidad: Permiten generar intereses sobre el saldo depositado, aumentando el capital sin necesidad de acciones adicionales.
Liquidez: Proporcionan acceso inmediato al dinero, a diferencia de otros productos financieros que pueden tener restricciones.
Seguridad: El capital y los intereses están garantizados por el banco, ofreciendo una opción segura de ahorro.
Simplicidad: Funcionan como una cuenta corriente con la ventaja adicional de generar intereses, sin la complejidad de otros productos financieros.

Desventajas de las cuentas remuneradas

A pesar de sus ventajas, las cuentas remuneradas también tienen algunas desventajas:
Limitaciones en el saldo: Algunas cuentas tienen un límite máximo de saldo que genera intereses.
Condiciones específicas: Pueden requerir condiciones como la domiciliación de nómina o mantener un saldo mínimo para obtener la máxima rentabilidad.
Rentabilidad variable: La tasa de interés puede cambiar según las políticas del banco o las condiciones del mercado.

Qué es una cartera de ahorro

Una cartera de ahorro es una colección de productos financieros diseñados para proteger y aumentar el capital a largo plazo. Incluye diversos activos como depósitos a plazo, fondos de inversión y bonos, lo que permite la posibilidad de diversificar los riesgos y optimizar el rendimiento.
En cierta medida, ofrecen una mezcla de seguridad y crecimiento del capital, adaptándose a diferentes perfiles de riesgo y horizontes temporales.

Las carteras de ahorro son, en cierto modo, un triunfo del marketing: combinan el ahorro que sugieren las cuentas de toda la vida con la rentabilidad que brindan las inversiones. Y es que, en rigor, no son cuentas sino carteras de inversión. Lo que ocurre es que esas inversiones tienen un riesgo muy bajo… y una rentabilidad superior a la de las cuentas remuneradas y de ahorro. ¿Cómo lo consiguen? 

Las carteras de ahorro son carteras de fondos de inversión, por lo que ofrecen buena liquidez. Además, consiguen rentabilidades usualmente mayores que otros productos de ahorro-inversión porque invierten en fondos monetarios y renta fija a corto plazo. Aunque son activos de bajo riesgo, tienen más riesgo que dejar el dinero en el banco y, por lo mismo, ofrecen intereses más altos.

Ventajas de las carteras de ahorro

Las carteras de ahorro ofrecen una serie de beneficios que las hacen atractivas:
Diversificación: Al incluir una variedad de activos, se reduce el riesgo global de la inversión.
Personalización: Pueden ajustarse a las necesidades y objetivos específicos del inversor, permitiendo una gestión más personalizada.
Potencial de rentabilidad: A menudo, pueden ofrecer rendimientos más altos que las cuentas remuneradas debido a la inclusión de activos de mayor riesgo y rendimiento.

Desventajas de las carteras de ahorro

Las carteras de ahorro también presentan algunos desafíos y desventajas:
Complejidad: Requieren una gestión más activa y un mayor conocimiento financiero para optimizar los rendimientos.
Menor liquidez: Algunos de los productos incluidos pueden tener restricciones de liquidez, impidiendo el acceso inmediato al capital.
Riesgo: Aunque diversificadas, las carteras de ahorro pueden estar expuestas a fluctuaciones del mercado, afectando su rendimiento.

Comparativa entre cuentas remuneradas y carteras de ahorro

Liquidez y accesibilidad

Cuentas remuneradas: Ofrecen alta liquidez, ya que permiten retirar capital en cualquier momento sin penalizaciones.

Carteras de ahorro: Pueden tener menor liquidez, dependiendo de los productos incluidos, como bonos a largo plazo o depósitos a plazo fijo.

Rentabilidad

Cuentas remuneradas: Su rentabilidad es generalmente fija y conocida de antemano, pero puede estar limitada por condiciones específicas del banco.
Carteras de ahorro: Pueden ofrecer mayores rendimientos a largo plazo debido a la diversificación y la inclusión de activos de mayor rendimiento.

Seguridad

Cuentas remuneradas: Ofrecen una alta seguridad con garantías de capital y rendimientos por parte del banco.

Carteras de ahorro: La seguridad puede variar según los activos incluidos; productos como bonos del Estado son muy seguros, mientras que otros activos pueden ser más arriesgados.

Complejidad y gestión

Cuentas remuneradas: Son fáciles de gestionar, ideales para aquellos que buscan una opción simple de ahorro.

Carteras de ahorro: Requieren una gestión más activa y conocimientos financieros para maximizar los rendimientos.

Estrategias para elegir la mejor opción

Perfil del inversor

Inversores conservadores: Las cuentas remuneradas son ideales para aquellos que buscan seguridad y liquidez sin asumir grandes riesgos.

Inversores con mayor tolerancia al riesgo: Las carteras de ahorro pueden ser más adecuadas para quienes buscan maximizar sus rendimientos a largo plazo y están dispuestos a asumir más riesgos.

Objetivos financieros

Corto plazo: Si necesitas acceso rápido a tu dinero, una cuenta remunerada es la mejor opción.

Largo plazo: Para objetivos a largo plazo, una cartera de ahorro bien diversificada puede proporcionar mejores rendimientos.

Diversificación

Independientemente de la elección principal, diversificar siempre es una buena estrategia. Incluso si prefieres las cuentas remuneradas por su seguridad y simplicidad, considerar tener una parte de tus ahorros en una cartera diversificada puede mejorar tus rendimientos generales y protegerte contra la inflación.

Conclusión: ¿cuentas remuneradas o carteras de ahorro?

Estamos ante dos soluciones para los ahorros que ofrecen una rentabilidad competitiva con un riesgo bajo. Las cuentas remuneradas ofrecen liquidez y una rentabilidad superior a las cuentas de ahorro, pero suele estar condicionada por tiempo, cantidad de dinero o incluso productos asociados. Las mejores no tienen comisiones y, a veces, tampoco vinculaciones.

Por otro lado, las carteras de ahorro son productos de inversión. Su rentabilidad es, generalmente, mayor que la de las cuentas remuneradas. Pero hay que prestar atención a las comisiones: ya que operan con fondos, es necesario comprobar qué comisiones de gestión, suscripción y custodia se aplican, así como el TER de los fondos (los gastos propios de cada fondo). Por otro lado, igual que ocurre con todos los fondos, la rentabilidad generada por la cartera de ahorro no tributa hasta que se realiza el reembolso: es decir, cuando queremos pasar parte o todos los fondos a nuestra cuenta bancaria.
Así pues, estamos ante dos productos de ahorro-inversión atractivos para inversores conservadores o que desean exprimir un poco más sus ahorros sin asumir riesgos. Si buscáis rentabilidades que rebasan el doble dígito con los riesgos muy acotados, siempre podéis echar un vistazo al crowdfunding inmobiliario

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