Por qué es bueno el largo plazo

Por qué es bueno el largo plazo

Por qué es bueno el largo plazo

Lo bueno de empezar a invertir es que siempre llegas en buen momento. No me entiendas mal: los inversores más hábiles son capaces de ver el momento, saltar… y recoger beneficios sustanciales. Pero la mayoría de nosotros solo podemos aspirar a contrarrestar los vaivenes del mercado –y nuestra propia inexperiencia– con paciencia. Es decir, con tiempo.

Si estás empezando en el mundo de la inversión, tienes que tener ahorros y no tener prisa. Ya lo dijo el economista Paul Samuelson, ganador del nobel en 1970: invertir “debería ser como quedarse a ver cómo se seca la pintura o cómo crece la hierba. Si buscas emociones, coge 800 dólares y ve a Las Vegas”. Hay dos razones por las que esto es cierto. La primera es que es muy difícil batir al mercado. La segunda, que a largo plazo siempre se gana.

Por eso es buena idea empezar pronto, por ejemplo, hoy. Ya que a largo plazo el mercado siempre va hacia arriba, si hubieras empezado a invertir hace 20 años hoy habrías multiplicado tu dinero. Y, además, gracias al interés compuesto, una ganancia pequeña crece a un ritmo exponencial con los años. ¿Te has perdido? Lo entenderás enseguida con un ejemplo. 

Imagina que inviertes 1.000 euros en un producto que ofrece un 5% de rentabilidad anual. Al cabo de 12 meses, tendrás 1.050 euros. En el año 2, ese 5% se aplicará sobre una cantidad mayor, por lo que tus 1.000 euros se habrán convertido en 1102,5. En el año 10, el interés compuesto habrá engrosado tus 1.000 euros hasta alcanzar 1.628,89 euros. Es como una bola de nieve: cada vez se hace más grande más rápido. 

Los plazos en Urbanitae

¿Y cómo son los plazos en Urbanitae? En el crowdfunding inmobiliario hay dos grandes tipos de proyectos: aquellos que siguen una estrategia de plusvalías (proyectos de equity) y los que siguen una estrategia de deuda (proyectos de préstamo). Hay una tercera clase, que en realidad es una modalidad de los primeros: los proyectos de rentas, que suelen estructurarse vía equity. Pero de eso hablaremos en otro post. 

Los proyectos de equity suelen identificarse rápidamente por su plazo. Es raro que bajen de los 20 meses. Sin embargo, los préstamos pueden ser perfectamente proyectos a 15 o 12 meses vista, o incluso menos. ¿Por qué? Porque son completamente distintos.

En un proyecto de equity, los inversores de Urbanitae se convierten en socios del promotor. Por tanto, suelen entrar en una fase más inicial de los proyectos y estar expuestos a mayores riesgos. Por ejemplo, que las obras se retrasen, que la licencia tarde más en llegar, que las casas no se vendan… Por lo mismo, las rentabilidades suelen ser mayores.

Todo eso puede ocurrir también en un proyecto de deuda. Pero no condicionan la rentabilidad. Como ocurre cuando pides una hipoteca, lo que el banco te exige es devolver el préstamo en tiempo y forma. Cuando los inversores de Urbanitae prestan su dinero a un promotor, este está obligado a devolverlo una vez cumplido el plazo, y con el interés acordado. Sin importar si en ese tiempo le ha ido bien, muy bien o regular.

En Urbanitae, más del 80% de la financiación corresponde a proyectos de equity. Somos, de hecho, la única plataforma de crowdfunding inmobiliario especializada en este tipo de proyectos. Aunque hemos hecho menos deuda, con el lanzamiento de nuestro préstamo promotor en el último trimestre de 2022 esperamos incrementar esta línea de nuestro negocio.