Compartir piso, la alternativa barata a la vivienda

Compartir piso, la alternativa barata a la vivienda

Compartir piso

¿Buscas habitación en piso compartido porque no puedes alquilar una vivienda? Depende de dónde vivas podrás alquilar a mejor o peor precio. Por ejemplo, si vives en Madrid, alquilar una habitación ya es casi un lujo; o lo que es lo mismo, en Madrid encontrarás una habitación en piso compartido por lo mismo que te costaría alquilar una vivienda en otras regiones.

La subida de los precios de alquiler de vivienda en zonas urbanas y, en especial en grandes capitales como Barcelona o Madrid, está impulsando precisamente el alquiler de habitaciones en pisos compartidos, frente al alquiler del total de la propiedad. El principal motivo es porque se trata de una modalidad que reporta más y mejores beneficios al arrendador. Según un estudio de la plataforma de alquiler de habitaciones Badi y la consultora Savills Aguirre Newman, alquilar una habitación en un piso compartido cuesta una media mensual de 403 euros en Madrid y 443 euros en Barcelona. El estudio, basado en el análisis de las más de 200.000 habitaciones publicadas por Badi en 2019, refleja que Barcelona, concentra el 43% de este mercado, seguida de Madrid, con el 29,8% y Valencia, con el 5%. Por su parte, el precio medio en España de una habitación es de 396 euros, un 28% inferior a la media europea (550 euros).

En cuanto a los demandantes, el grueso tiene entre 25 y 35 años –aunque hay usuarios de edades comprendidas entre 18 y 65–. Son estudiantes y jóvenes profesionales que buscan flexibilidad tanto económica como temporal –seis meses de media– y vivir en el centro de la ciudad. Esta primera radiografía del alquiler de habitaciones en España recoge también que el 42% de los demandantes en Barcelona son extranjeros, frente al 23% de Madrid.

Compartir piso es, sin duda, una de las fórmulas más económicas para alquilar una vivienda; si bien, la precarización del mercado de la vivienda, está popularizando los contratos de arrendamientos parciales de vivienda que, por otro lado, generan una gran inseguridad jurídica para las partes contratantes. Hoy por hoy, se trata de una nueva categoría de alquiler que todavía no está regulada legalmente, en la que las partes contratantes no saben a qué régimen legal atenerse ni cuáles son los derechos y obligaciones de las partes.

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