¿Cuánto tengo que ahorrar para la jubilación?
Puede que aún te quede mucho, pero el tiempo pasa rápido. Además, ya sabemos que una de las reglas básicas de la inversión es empezar pronto. Así que, si quieres llegar a los 67 –sí, amigo, a partir de 2027, si no has cotizado al menos durante 38 años y 6 meses, la edad de jubilación es de 67 años– con independencia financiera, tienes que invertir. Si no has empezado aún, te damos algunas ideas.
¿Y por qué hay que invertir? Podrías pensar que, si ahorras lo suficiente, podrás tener un colchón que te permita afrontar imprevistos y tener un retiro tranquilo. Y es cierto. Pero tener el dinero en el banco, o guardado en casa, es una manera ineficiente de ahorrar. Digamos que, para sacarles partido a tus ahorros solo hay un camino cierto: elegir inversiones con un riesgo moderado y aportar periódicamente a lo largo de muchos años.
Así, invertir para la jubilación nos ayudará a incrementar nuestro capital, protegernos de la inflación, generar ingresos pasivos y, en general, a tener más flexibilidad financiera. Es decir, con el mix adecuado entre rentabilidad y riesgo conseguiremos tener más dinero, mantener –o incluso mejorar– nuestro poder adquisitivo y asegurarnos fuentes adicionales de ingresos. En resumen, tendremos más opciones financieras para adaptarnos a las necesidades cambiantes de la jubilación.
Cuánto ahorrar para la jubilación
Por descontado, cuanto más ahorremos e invirtamos más probable será que tengamos una jubilación confortable. Pero también hay que vivir en el presente y afrontar gastos e imprevistos durante nuestra vida laboral. Por eso, la pregunta del millón es: cuál es el mínimo que tengo que ahorrar para la jubilación –sin renunciar a disfrutar de la vida hoy–.
Lamentamos decirte que no hay una respuesta única. Determinar la cantidad de dinero que se debe ahorrar para la jubilación depende de varios factores, como tus metas de jubilación, el estilo de vida deseado, tu expectativa de vida, la inflación y el rendimiento de tus inversiones, entre otros. No hay una cantidad única que sea adecuada para todos, ya que las necesidades de cada persona son diferentes.
Eso sí, hay algunos factores clave que te ayudarán a obtener una respuesta fiable. Lo primero que debes saber es, precisamente, la edad legal de jubilación y tu edad de jubilación deseada. Además, es conveniente calcular tus gastos estimados –vivienda, alimentación, atención médica, viajes…–, tu esperanza de vida razonable, los ingresos esperados –pensiones o Seguridad Social– y la tasa de rentabilidad de tus inversiones.
También es esencial evaluar nuestro nivel de riesgo, revisar regularmente el plan de ahorro y considerar buscar asesoramiento financiero profesional para obtener una estimación más precisa y personalizada. Con toda esa información, podremos averiguar nuestra tasa de retiro seguro, es decir, cuánto dinero podremos retirar al mes en nuestra jubilación de esos ahorros que hayamos conseguido reunir.
La tasa de retiro seguro
De nuevo, no hay respuestas sencillas para esta pregunta. Gracias a William Bengen, un asesor financiero convenientemente jubilado, tenemos un cálculo aproximado. La regla del retiro seguro (safe withdrawal rate en inglés) ofrece una guía general. En la mayor parte de los casos, podrás retirar cerca del 4% de tus ahorros iniciales durante el primer año de la jubilación, y ajustar esa cantidad en los años siguientes según la inflación.
Así pues, primero tendrás que calcular cómo de grande puede ser tu cartera de aquí a la edad a la que vayas a jubilarte previsiblemente, basándote en la rentabilidad estimada y las aportaciones recurrentes que realices. Hoy en día, este cálculo lo facilitan varias entidades bancarias y de inversión. En segundo lugar, tendrás que decidir si el 4% anual de esa cantidad es una suma suficiente para cubrir tus necesidades probables junto con el resto de tus ingresos.
Esta regla se basa en una investigación realizada por Bengen y publicada en octubre de 1994. Bengen hizo sus cálculos tomando como referencia varias carteras compuestas de acciones y bonos y su rendimiento a lo largo de 50 años. La hipótesis de partida es que la tasa de retiro debería permitir retirar fondos durante al menos 30 años sin agotarse. En 1998, el llamado Trinity study confirmó los resultados obtenidos por Bengen.
En el estudio se examinaron periodos de retiro de entre 15 y 30 años. La conclusión principal fue que “si la historia puede servir de guía para el futuro, entonces es extremadamente improbable que una tasa de retiro del 3% o el 4% agote cualquier cartera de bonos y acciones durante los periodos” considerados. Así pues, se considera que el 4% es una tasa de retiro segura como norma general, aunque Bengen insistía en que la planificación es fundamental, ya que, cuando hablamos de inversión, no hay nada garantizado…