Cómo las viviendas inteligentes nos facilitan la vida
Desde la aparición de Internet en 1998, este no ha dejado de integrarse en nuestro día a día, primero incorporándose a los electrodomésticos, hasta llegar a la gestión completa del hogar. Así es como surgen las viviendas inteligentes gracias a la domótica, que según la Asociación Española de Domótica e Inmótica es “el conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de la vivienda, que permite una gestión eficiente del uso de la energía”.
Muchas películas y series de ficción han reproducido viviendas inteligentes que no se han hecho realidad hasta hace muy poco. En la actualidad, es a pocos kilómetros de Seattle (Estados Unidos) donde se encuentra la casa, según su creador y propietario, más inteligente del mundo. Con la apariencia de un hogar común entre la clase alta norteamericana, la realidad es muy diferente, por dentro de las paredes corren innumerables cables que confluyen en un ordenador central en el sótano.
Entre los avances que ha introducido gracias a las nuevas tecnologías, este inmueble destaca por comunicarse con sus habitantes avisándoles, por ejemplo, de la llegada de invitados gracias al sistema de sensores de la carretera de acceso. Otro ejemplo es que tras dar la orden con su smartphone “pon música de baile de los ochenta en el sótano” el ritmo empieza a sonar desde los altavoces ocultos de la planta. Al poco, la casa baja el volumen de la música y anuncia, con una voz ligeramente monocorde, que hay una llamada.
Viviendas inteligentes… y eficientes
Pero sobre todo, además de para facilitar la vida de sus inquilinos, las viviendas inteligentes están diseñadas para ser más eficientes y saludables. Existen sistemas de grifería conectados a pantallas que regulan la temperatura del agua, el caudal, tiempo de uso y así hasta una máxima personalización en todos los elementos del baño: lavabo, ducha, inodoro…
Las ventanas inteligentes contribuyen a una eficiente ventilación y climatización del hogar, ya que supervisan continuamente la temperatura, la humedad y los niveles de CO2 de la casa para decidir cuándo abren o cierran las ventanas, persianas y cortinas eléctricas creando así un clima interior saludable.
Por último, la domótica hace que nuestra vivienda sea más segura. La visualización de las cámaras de seguridad a través del móvil y un aviso al smartphone de que algo estaba sucediendo, permitieron que Pedro (nombre ficticio del propietario de una vivienda inteligente) pudiera denunciar e identificar a quienes estaban robando su casa mientras él se encontraba en Estados Unidos por un viaje de negocios.