Cómo crear un fondo de emergencia
Una buena manera de reducir el estrés financiero es llevar el control de nuestra economía. Tener un fondo de emergencia a la hora de ahorrar podría ser un primer paso para mantenernos tranquilos ante gastos inesperados, y también para analizar en qué y cómo gastamos nuestro dinero, con la idea de ayudarnos a mantener un presupuesto más organizado.
Además de salvarnos en situaciones imprevistas, un fondo de emergencia puede ayudarnos a manejar mejor nuestro dinero a largo plazo o evitar la tentación de recurrir a préstamos costosos en situación de necesidad. Al mismo tiempo, nos da la libertad de tomar decisiones financieras más informadas y menos apresuradas, sabiendo que tenemos un respaldo que puede ayudarnos.
¿Qué es un fondo de emergencia?
Antes de definir una guía para hacer un fondo de emergencia a nuestra medida, tenemos que averiguar qué es y para qué sirve. Un fondo de emergencia es una reserva de dinero destinada a cubrir gastos imprevistos que pueden surgir, es decir, gastos que van más allá de nuestras cargas regulares. Este fondo actúa como un colchón financiero para ayudarnos a manejar imprevistos económicos con los que no contábamos con el fin de poder afrontarlos sin estrés.
Para crear nuestro fondo de emergencia, es importante tener en cuenta que debe tener ciertas características. Este dinero no forma parte del presupuesto mensual, sino que solo lo utilizaremos para pagar los gastos que se presenten sin estar previstos. Además, es esencial que el dinero del fondo sea líquido para poder disponer de él de manera fácil y ágil cuando se presente un contratiempo.
Algunas situaciones de las que hablamos podrían ser: reparaciones del hogar o del coche, multas, cubrir daños causados por desastres naturales o, incluso, una pérdida repentina de empleo. El fondo de emergencia está para cubrir esos gastos hasta volver a generar ingresos.
Cómo crear un fondo de emergencia paso a paso
Paso 1: Establecer la cantidad necesaria
Para comenzar a crear un fondo de emergencia, lo primero que necesitamos es determinar cuánto dinero podemos reservar al mes. La cantidad ideal puede variar según las circunstancias, pero una recomendación general es acumular el equivalente a entre 3 y 6 meses de gastos básicos.
Para calcular esta cantidad hay que sumar todos los gastos esenciales que vayan a reducir nuestro ahorro total al mes: el alquiler o la hipoteca, servicios públicos, alimentación, transporte, seguros y deudas u otros pagos recurrentes.
Paso 2: Elegir el tipo de cuenta
Un paso importante es seleccionar el lugar adecuado para guardar el fondo de emergencia, con la idea de garantizar que el dinero esté disponible en cualquier momento. Las opciones más recomendadas son: en primer lugar, una cuenta de ahorros remunerada para permitir que el dinero crezca mientras está disponible para emergencias. Por otro lado, podemos recurrir a una cuenta de mercado monetario, que permite transacciones como cheques o transferencias, lo que permitirá tener un fácil acceso a los fondos.
Paso 3: Automatizar los ahorros
Para construir un fondo de emergencia de manera efectiva, es útil automatizar el proceso de ahorro. El primer paso debe ser establecer transferencias automáticas desde tu cuenta corriente a tu cuenta del fondo de emergencia. Primero habría que decidir una cantidad fija que sea realista y que no afecte a las finanzas diarias. Si decimos ahorrar 200 euros al mes, podemos configurarlo para que se transfiera automáticamente a la cuenta de ahorro. De esta manera, evitamos tener que decidir cuánto ahorrar en función de los gastos de cada mes.
Paso 4: Revisar y ajustar el fondo regularmente
Lo ideal es que nuestra situación financiera cambie con el tiempo, por lo que es importante revisar y ajustar el fondo de emergencia regularmente. Realizar una revisión anual del fondo de emergencia es lo más recomendable para garantizar que la cantidad reservada siga siendo adecuada en relación con tus gastos e ingresos.
Paso 5: Usar el fondo con responsabilidad
El objetivo de construir un fondo de emergencia debe ser asumir gastos e imprevistos a los que seguramente vayamos a tener que enfrentarnos tarde o temprano. Para asegurar que este dinero esté bien reservado, pueden servirnos algunas recomendaciones.
Antes de empezar, debemos definir claramente qué es una emergencia y qué no. Esto evitará que el fondo se utilice para gastos financieros rutinarios o no esenciales. Al mismo tiempo, hay que mantener un registro detallado y constante de cuáles son los gastos que restan del fondo para evaluar si necesita ahorros adicionales o se pueden reponer con el tiempo.
Conclusión
La creación de un fondo de emergencia sólido es la base de una buena estrategia para cualquier inversor que busque una estabilidad financiera y proteger su portafolio. Establecer una cantidad fija y adecuada a tu situación, elegir la cuenta de ahorro perfecta, automatizar los ahorros, revisar y ajustar regularmente el fondo son los pasos que necesitamos para estar preparados a la hora de enfrentar cualquier imprevisto con la mayor tranquilidad que podamos.
