Cómo reducir la burocracia y acelerar la construcción
Reducir la burocracia y acelerar la construcción son medidas clave para aliviar el problema de la vivienda en España, donde la oferta de inmuebles es insuficiente frente a una demanda en constante crecimiento. Esta situación, plantea, por tanto, un importante desafío para el sector de la construcción, que se presenta como una de las soluciones clave para destensar el mercado mediante la creación y promoción de nueva vivienda.
Sin embargo, el sector enfrenta un gran problema: los trámites burocráticos. La CNMC ya alertaba de ello a principio de año, y resaltaba la importancia de simplificar estos trámites mediante la implementación de sistemas digitales que permitan gestionar electrónicamente permisos y licencias, reduciendo así los tiempos de respuesta. Además, proponía aprovechar las nuevas tecnologías, como el uso de big data, inteligencia artificial y realidad aumentada, optimizar la planificación y seguimiento de proyectos.
Algunas comunidades autónomas, como Madrid, Baleares, Andalucía y Valencia, han comenzado a implementar medidas legislativas para solucionar esta situación, aunque su efectividad aún está por evaluarse. Esta transformación digital no solo permitiría acelerar los proyectos, sino que también representaría una oportunidad para incorporar herramientas innovadoras que impulsen una construcción más eficiente y sostenible a largo plazo.
Con este contexto, modelos como el BIM (Building Information Modeling) siguen ganando terreno en los proyectos de construcción, tanto a nivel público como privado, y comienzan a ser una realidad más que una promesa de futuro.
Building Information Modeling, una nueva forma de afrontar los proyectos
El Building Information Modeling (BIM) es una metodología de trabajo colaborativo que centraliza toda la información de un proyecto en un modelo de información digital al que tiene acceso cada uno de los agentes que participan en un proyecto inmobiliario.
En este sentido, el BIM representa una evolución respecto a los sistemas de diseño tradicionales basados en planos, al integrar información geométrica (3D), temporal (4D), de costes (5D), ambiental (6D) y de mantenimiento (7D).
Además, su aplicación trasciende las fases de diseño, abarcando también la ejecución del proyecto y prolongándose a lo largo de todo el ciclo de vida del edificio, facilitando su gestión integral y contribuyendo a reducir los costes operativos.
Así, su utilidad reside en la eficiencia a la hora de automatizar la planificación para todos los grupos de trabajo de manera sinérgica e incorpora toda la información del proyecto (de tiempos, de costes, mantenimiento, aspectos ambientales…) que puede ser corregida o editada en la plataforma de apoyo accediendo a ella de forma remota. Esta forma de trabajar presenta numerosas ventajas, como la subsanación de los defectos de manera mucho más rápida o la canalización de todas las correcciones en un mismo sistema, lo que evita los conflictos y las duplicidades.El auge de estas plataformas colaborativas está cambiando la raíz de los procesos a través de la automatización. De esta manera, se reduce el tiempo invertido en cálculos, planificación y otras tareas manuales que hasta ahora eran inexorables, disminuyendo los tiempos de trabajo.
En aspectos de seguridad, estas herramientas digitales también han supuesto un paso de gigante, ya que permiten anticipar situaciones peligrosas y planificar medidas preventivas, potenciando técnicas como la simulación de riesgos. A la hora de medir el impacto medioambiental del proyecto también sirve para gestionar de manera más eficiente el proceso de construcción, residuos, etc.
En los últimos diez años, la metodología BIM se ha ido adoptando de manera gradual en diversos países. Para algunos, su implementación se ha convertido en una prioridad estratégica para las administraciones públicas, que han promovido su uso en proyectos de obra nueva, en línea con las recomendaciones de la Directiva Europea de Contratación Pública 2014/24/UE. En el caso concreto de España, y según el informe ‘Situación BIM en España 2024’, publicado por buildindSMART Spain, su implementación crece a pasos agigantados, alcanzando el 12% de las licitaciones públicas y un 32% en organizaciones privadas.
Aunque es una cifra que se espera continúe en crecimiento, todavía quedan varios obstáculos para lograr una adopción que realmente suponga un cambio estructural en la manera de abarcar los proyectos de construcción: el principal es la falta de personal cualificado. Según el informe, para el 70% del personal que trabaja con estas nuevas metodologías la formación en BIM fue determinante para ser contratado.
Por otro lado, el estudio señala otras dos preocupaciones para el sector: la diferencia de ritmos entre comunidades autónomas para su adopción, con algunas regiones adaptadas completamente a los nuevos sistemas y otras con una adopción prácticamente nula; o los costes derivados de virar toda la estrategia y adaptarse a los altos estándares normativos existentes.
Crowdfunding inmobiliario y digitalización: una manera de acelerar la construcción
En los últimos años, el sector inmobiliario ha atravesado una transformación digital profunda. Los avances tecnológicos están revolucionando no solo la forma en que se construyen, comercializan y gestionan las propiedades, sino que también están introduciendo mejoras en el procesamiento de datos, la ciberseguridad o incluso la experiencia de usuario de los clientes.
Por otro lado, está facilitando la aparición de nuevas formas de invertir en Real Estate y que están cambiando el paradigma de lo que entendíamos por inversión inmobiliaria. La compraventa ya no es la única fórmula y no es necesario visitar un inmueble físicamente para invertir en él o deshacernos del activo para obtener una rentabilidad. Porque la digitalización ha eliminado barreras geográficas, físicas o incluso económicas en el sector, multiplicando y mejorando así el acceso a estos activos.
Los beneficios de esta transformación se pueden apreciar en el caso concreto del crowdfunding inmobiliario, que se ha erigido como una de las recetas preferidas de los inversores minoristas a la hora de buscar rentabilidades con poco riesgo alternativas a los activos tradicionales. La digitalización es clave en esta forma de inversión participativa, ya que imprime agilidad, transparencia y seguridad a los procesos. Buena muestra de ello es la tokenización de activos, en los que gracias a la tecnología blockchain se registran derechos y rendimientos, garantizando la seguridad de las acciones.