¿Afecta la sostenibilidad a la demanda de vivienda?
En los últimos años, la sostenibilidad en la demanda de vivienda se ha consolidado como un eje fundamental. Sin embargo, más allá de las regulaciones y las normas sobre eficiencia energética de las que hemos hablado en otros artículos recientes, hoy en día emergen nuevas formas de entender la sostenibilidad que están cambiando la forma en que tanto consumidores como desarrolladores inmobiliarios perciben y demandan la vivienda.
En este artículo exploramos cómo la sostenibilidad está transformando la demanda de vivienda, no solo a través de la eficiencia energética, sino a través de factores como el bienestar social, la economía circular y los nuevos modelos de vivienda colaborativa.
El bienestar social como nuevo incentivo para la sostenibilidad
Durante años, la sostenibilidad en la vivienda ha estado centrada en aspectos como la eficiencia energética, la reducción de emisiones de CO2 y el uso de materiales reciclados. Sin embargo, la sostenibilidad se está ampliando ahora para incluir un concepto más holístico que incorpora el bienestar social y la calidad de vida.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), las viviendas no solo deben ser eficientes desde el punto de vista energético, sino también deben favorecer un entorno saludable para sus ocupantes. Esto implica aspectos como el acceso a la luz natural, la ventilación adecuada, el uso de materiales no tóxicos, la calidad del aire interior, e incluso el acceso a zonas verdes y espacios comunitarios.
En este sentido, se está observando un crecimiento en la demanda de viviendas que promuevan un bienestar integral, que no se limite únicamente al confort físico, sino que también considere la salud mental y la cohesión social. Este enfoque es cada vez más importante en un contexto post-pandemia, donde la vivienda no es solo un espacio para vivir, sino también un lugar que debe ofrecer seguridad, bienestar emocional y en algunos casos, servir como centro de trabajo.
Vivienda colaborativa: el resurgir de modelos alternativos de convivencia
Un fenómeno emergente que está ganando fuerza, especialmente en ciudades donde los precios de la vivienda son altos, es el concepto de vivienda colaborativa. Se trata de un modelo donde varias familias o individuos comparten espacios comunes, como cocinas, jardines, salas de estar, pero mantienen viviendas privadas. Este enfoque reduce el consumo de recursos, fomenta la cooperación entre los residentes y optimiza el uso de los recursos materiales.
Este modelo también tiene un fuerte componente sostenible al reducir la huella ecológica individual, ya que los recursos como el agua, la energía y los materiales de construcción se comparten entre los residentes, lo que disminuye el impacto ambiental. Además, la vivienda colaborativa fomenta la economía circular, promoviendo la reutilización de materiales y productos en lugar de la compra constante de nuevos recursos. Podemos ver esta idea llevada a cabo en el proyecto Urban Campus, un coliving pensado para jóvenes profesionales, amueblado y con todos los gastos y servicios incluidos, desde espacio de trabajo hasta terrazas con barbacoa o un gimnasio.
El impacto de la tecnología en la demanda de vivienda sostenible
La tecnología está jugando un papel cada vez más importante en la sostenibilidad de la vivienda, no solo en términos de eficiencia energética, sino también en la gestión de recursos y en la creación de viviendas inteligentes. La integración de tecnologías como los sistemas de automatización, la gestión inteligente de la energía, y las plataformas de monitorización de recursos están transformando cómo los hogares gestionan su consumo energético y sus necesidades de agua, calefacción y electricidad.
Las viviendas inteligentes permiten a los propietarios gestionar el uso de recursos de manera más eficiente, ajustando la temperatura, la luz y la energía a lo largo del día para minimizar el desperdicio. A esto se suma que, la inteligencia artificial puede predecir y optimizar los patrones de consumo, lo que lleva a una reducción significativa de la huella de carbono de los hogares.
Este tipo de tecnología verde se está convirtiendo en una demanda cada vez mayor por parte de los consumidores, especialmente en un contexto en el que la conciencia sobre el cambio climático y la sostenibilidad sigue en aumento.
La sostenibilidad y la demanda de vivienda en un mercado inmobiliario competitivo
El sector inmobiliario, especialmente en las grandes ciudades, se enfrenta a la creciente demanda de viviendas sostenibles debido a la mayor conciencia sobre el impacto ambiental de la construcción y la vida diaria. Los compradores e inquilinos ahora priorizan viviendas que no solo ofrezcan bajos costes operativos, sino que también sean resilientes al cambio climático y respetuosas con el medio ambiente.
Sin embargo, este aumento de la demanda también está llevando a los desarrolladores inmobiliarios a buscar formas de adaptar sus proyectos a las nuevas expectativas. Esto está impulsando un cambio en las normas de construcción y la utilización de materiales ecológicos y energía renovable.
Por otro lado, el mercado de alquiler también ha visto un aumento en la preferencia por viviendas sostenibles, ya que a pesar de los costes y en la medida de lo posible, los inquilinos valoran cada vez más la eficiencia energética y los bajos costes asociados a vivir en un hogar que cumple con los estándares ecológicos.