El poder del interés compuesto en tus inversiones
Pocas cosas en materia de inversión tienen tan buena prensa como el interés compuesto. Hay quien se refiere a él como la octava maravilla del mundo, una fuerza poderosa que puede transformar modestas inversiones en montañas financieras con el tiempo. Pero ¿cuál es el poder del interés compuesto? En este artículo, exploraremos el concepto del interés compuesto, su impacto en las inversiones y el ahorro.
¿Qué es el interés compuesto y cómo funciona?
El interés compuesto es el proceso mediante el cual los intereses generados se suman al capital inicial, generando así más intereses en cada periodo sucesivo. A diferencia del interés simple, donde solo se calcula sobre el capital original, el interés compuesto actúa sobre el capital total, generando un crecimiento exponencial a lo largo del tiempo.
La belleza de todo el proceso es que el inversor/ahorrador no tiene que hacer nada para conseguir ese resultado: el artífice es el tiempo o, lo que es lo mismo, el largo plazo. Imagina, como cuenta J. L. Collins en su libro The simple path to wealth, que estamos en 1975. Tienes 10.000 euros ahorrados y decides invertirlos de una vez en un fondo que replica el S&P 500 –el primero se creó en diciembre de ese año–. Pues bien, al cabo de 40 años, esos 10.000 euros se habrían transformado en un poco menos de 900.000 euros. A pesar de las crisis y las turbulencias. ¿Cómo es posible?
En los 40 años que van de 1975 a 2015, el S&P 500 creció a una tasa anual media del 11,9%. Si hubieras mantenido esos 10.000 euros y reinvertido los dividendos, el efecto de ese 11,9% hubiera multiplicado el capital inicial, año a año, hasta convertirse en una pequeña fortuna. Pero hay más. Si en lugar de invertir 10.000 euros hubieras invertido 2.400 euros al año (200 euros al mes), en 2015 tendrías nada menos que 1,5 millones de euros. Es la magia del interés compuesto unido al poder del dollar-cost averaging.
La regla del 72
La fórmula para calcular el efecto del interés compuesto con el tiempo no es muy complicada, pero hay un atajo que permite hacernos una idea rápida. Es la regla del 72, que vimos en este artículo sobre planificar las inversiones.
Si dividimos el número 72 entre la tasa de rentabilidad esperada descubriremos cuánto tiempo hará falta –en años– para que nuestro capital inicial se duplique. Por ejemplo, si tienes 10.000 euros invertidos con un 3% de rentabilidad anual, pasarán nada nenos que 24 años hasta que crezcan hasta 20.000 euros (72 / 3 = 24).
¡Ojo! El interés compuesto y los costes
El creador de Vanguard y del fondo indexado, John Bogle, recuerda otra regla básica de la inversión: rentabilidad del mercado menos coste igual a rentabilidad del inversor. Eso quiere decir que el interés compuesto también se aplica a los costes o las comisiones de los productos de inversión. En un año concreto, los costes parecen pequeños, pero, como veremos con otro ejemplo, con los años pueden ser ruinosos.
El propio Bogle lo explica en El pequeño libro para invertir con sentido común. Supongamos que la Bolsa genera una rentabilidad promedio del 8% anual durante medio siglo –empezar pronto es otra regla básica de la inversión…–. Supongamos ahora que el coste medio de un fondo de inversión es del 2,5% al año. Para empezar, eso reduce la rentabilidad del fondo medio desde el 8 al 5,5%.
A lo largo de medio siglo, 10.000 euros invertidos en el fondo promedio (5,5% de rentabilidad anual) arrojan un resultado nada desdeñable: 145.400 euros. A simple vista, parece un resultado notable. Sin embargo, si la rentabilidad anual hubiera sido del 8%, el resultado al cabo de 50 años de inversión sería este: 469.000 euros. Durante el primer año, la diferencia entre uno y otro habría sido solo de en torno a un 2%. Sin embargo, en el año 10 la desviación ya sería del 21%. Y al final del periodo los costes se habrían llevado casi un 70% de la rentabilidad potencial…
Cómo aprovechar el interés compuesto
Si quieres sacarle partido al interés compuesto en tus inversiones, solo te hace falta constancia… o paciencia. Las recomendaciones son sencillas.
- Invierte temprano y con regularidad: Cada año cuenta, y empezar pronto maximiza el tiempo para que el interés compuesto haga su magia.
- Reinvierte los rendimientos: No retires tus ganancias; en su lugar, reinviértelas para potenciar aún más su crecimiento.
- Diversifica tu cartera: La diversificación reduce riesgos y mejora el rendimiento global.
Lo bueno es que puedes aplicar estas recomendaciones a la inversión en crowdfunding inmobiliario, que ofrece rentabilidades anuales incluso superiores. Con Urbanitae puedes invertir en proyectos de manera regular, a partir de 500 euros y sin gastos ni comisiones. Al reinvertir los rendimientos generados por tus inversiones en nuevos proyectos, generas una capa adicional de interés compuesto. Este enfoque a largo plazo puede multiplicar significativamente tus ganancias. Además, puedes diversificar tus inversiones en diferentes tipos de proyectos y ubicaciones para reducir riesgos y maximizar el potencial del interés compuesto.