‘Flex living’: el futuro de la inversión inmobiliaria
La pandemia marcó el origen, pero la flexibilidad es ya una tendencia de vida en vías de consolidación. Y, como tal, se refleja en el mercado inmobiliario, tanto en el mundo de las oficinas como en el flex living.
Pero ¿a qué nos referimos con ello? Algunos expertos, como Javier Caro (CBRE), lo consideran la evolución del coliving, del que te hemos hablado en el blog. ¿Hablamos de espacios de trabajo, de vida… o de una mezcla de ambas?
¿Qué es el ‘flex living’?
Un reciente estudio de Atlas Real Estate Analytics define el flex living como una categoría inmobiliaria que engloba “activos diseñados para que los inquilinos residan en estancias de semanas o meses”. Los inquilinos, en este caso, son jóvenes de entre 25 y 45 años “generalmente con empleos de alta cualificación, cierto poder adquisitivo y un estilo de vida flexible”. Es decir, nómadas digitales no ligados a lugares ni, desde luego, a hipotecas.
Así, el flex living incluiría tres tipos de activos. El coliving, que se basa en una experiencia de vida compartida; el smart living, que desplaza la balanza hacia la independencia y la comodidad, y los serviced apartments, que son inmuebles de alta categoría para quienes no quieren renunciar al lujo ni a la flexibilidad.
Las diferencias son evidentes si nos fijamos en el espacio. Mientras que el coliving suele referirse a espacios de entre 15 y 30 metros cuadrados por unidad, con una habitación privativa y cocina y baño a veces compartidos, el corporate living va hasta los 50-100 metros cuadrados, hasta las tres habitaciones y cocina y baño propios. En el medio, el smart living, que típicamente consiste en un estudio con una dos habitaciones, baño privativo y cocina propia o compartida.
Los datos de Atlas RE dibujan un mercado en expansión. La ocupación en este tipo de activos supera de media el 85%. La demanda está consolidada en las grandes ciudades y ya se abre paso en las zonas de costa y las islas.
En la actualidad, existen en España unos 83 activos operativos de tipo colving y smart living, lo que equivale a más de 4.300 camas. Además, hay otros 31 activos en desarrollo, que añadirán más de 5.000 camas a la oferta existente.
El ‘flex living’ en la inversión inmobiliaria
El atractivo de estas propuestas se refleja en un interés creciente por estos activos desde el punto de vista de la inversión inmobiliaria. En lugar de comprar una propiedad con el único propósito de alquilarla a largo plazo, los inversores en flex living buscan propiedades que puedan adaptarse a diferentes necesidades a lo largo del tiempo: alquiler a corto plazo, alquiler a largo plazo, uso personal y más.
Uno de los ejemplos más destacados de flex living es la inversión en propiedades turísticas a través de plataformas como Airbnb. Los inversores compran propiedades que pueden alquilarse de manera flexible a viajeros durante la temporada alta y, durante la temporada baja, utilizarlas para su propio uso o alquilarlas a largo plazo. Esto maximiza el potencial de ingresos de la propiedad y la hace más resistente a los cambios en la demanda.
Entre las principales ventajas de la inversión en flex living, destacan:
- Mayor flexibilidad: Una de las principales ventajas del flex living es la flexibilidad que ofrece a los inversores. Pueden adaptar sus propiedades a las necesidades cambiantes del mercado y obtener ingresos consistentes en diferentes momentos del año.
- Diversificación de ingresos: Al permitir diferentes tipos de alquiler, como a corto y largo plazo, los inversores pueden diversificar sus fuentes de ingresos. Con ello, se reduce el riesgo asociado a la inversión inmobiliaria.
- Mayor rentabilidad: La capacidad de alquilar una propiedad a corto plazo, especialmente en áreas turísticas, puede aumentar significativamente la rentabilidad en comparación con el alquiler a largo plazo.
- Uso personal: El flex living también permite a los inversores disfrutar de sus propias propiedades en momentos específicos. Esto puede ser especialmente atractivo para aquellos que buscan combinar inversiones con experiencias de viaje.
A la hora de invertir en este tipo de activos, no obstante, es fundamental tener en cuenta varios criterios. La ubicación es esencial. Las grandes ciudades combinan falta de oferta de vivienda en alquiler con una actividad económica vibrante, atractiva para el usuario tipo de flex living. Además, la propiedad debe ser lo suficientemente versátil para adaptarse a necesidades cambiantes y contar con comodidades suficientes para atraer a una variedad grande de personas. Y la gestión, sea a través de empresa o del propio inversor, es crucial.
Algo de lo que no hay que preocuparse si se opta por invertir a través de plataformas como Urbanitae. Aunque no hemos financiado aún proyectos de flex living, sí hemos estudiado propuestas de coliving e invertido en un espacio flexible de oficinas en Barcelona, con un resultado sobresaliente para los inversores. El proyecto The Haus, cerrado en diciembre de 2022, se saldó con una rentabilidad final del 21% y una TIR del 29%, 17 puntos por encima de lo esperado. Si la tendencia sigue consolidándose, es seguro que las oportunidades de inversión en flex living llegarán también a Urbanitae.
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