¿Qué son las SPV?

¿Qué son las SPV?

¿Qué son las SPV?

Esta pregunta puede resultar difícil, de entrada, incluso para los iniciados en el mundo de la inversión. Incluso para los que ya conocen Urbanitae, pese a que las SPV son  Y es que el nombre puede despistar. Una SPV es un tipo de sociedad… pero no entendida como el conjunto de personas que viven en un país bajo normas comunes. Hablamos ahora de sociedades empresas, como la propia Urbanitae. 

Pues bien, una SPV es un special purpose vehicle, es decir, una sociedad con un cometido especial, también llamadas sociedades instrumentales. Se llaman así porque tienen un fin distinto a las sociedades convencionales, que es, justamente, el de constituir una empresa. En el ámbito del crowdfunding, las SPV se crean para canalizar el dinero aportado por los inversores para gestionar el proyecto concreto para el que lo han aportado. 

Te podría contar que, exactamente, estas sociedades están permitidas por la normativa europea –Reglamento (UE) No 1075/2013 del Banco Central Europeo– únicamente para operaciones de titulización. Pero dejarías de leer rápidamente –no te culpo–. Seguro que te queda más claro si te digo que las SPV son las sociedades que se crean para cada proyecto que financiamos en Urbanitae.

¿Y por qué? La razón principal es la de aislar el riesgo. Como sabes, cada proyecto financiado por Urbanitae es independiente del resto. Si un proyecto va mal, el resto no se ve afectado en lo más mínimo. Para conseguir esta estanqueidad, se constituyen sociedades independientes administradas por el promotor del proyecto y creadas única y exclusivamente para el proyecto del que se trata. De esta manera, el inversor siempre sabe con exactitud dónde ha invertido su dinero. Además, la SPV garantiza que los inversores obtienen los mismos beneficios que si invirtieran directamente en la empresa promotora.

Una SPV para cada cosa

En el caso de Urbanitae, las SPV se utilizan en cada proyecto, sea de plusvalías o de préstamo. (Los proyectos de rentas, aunque se consideran una tercera categoría de proyecto, se estructuran como un proyecto de equity).

Así, en los proyectos de plusvalías o equity, se crea una sociedad limitada individual independiente para cada proyecto. El administrador de la sociedad es el promotor encargado de llevar a cabo la promoción. Y todos los inversores entran en dicha sociedad como propietarios o socios en proporción al capital aportado. Una vez financiado el proyecto se hace la ampliación de capital. La SPV amplía luego capital en la sociedad promotora del proyecto, es decir, en el propio promotor. Concluido el proyecto, se convoca junta para liquidar la sociedad y, una vez aprobada por la mayoría de los socios, se reparte el capital invertido junto con la rentabilidad generada. 

En los proyectos de préstamo, deuda o crowdlending, el funcionamiento es parecido. La diferencia fundamental es que, en este caso, los inversores no participan como socios en la SPV, sino mediante un contrato de préstamo con un plazo y una rentabilidad fijados de antemano. Una vez cumplido el plazo, el promotor debe devolver la inversión, con independencia del grado de avance del proyecto. Fácil, ¿no?

Si quieres repasar conceptos o saber más sobre las inversiones dentro y fuera de Urbanitae, visita nuestra sección de Aprende con Matías.