El sherpa de los inversores particulares en vivienda

Borja Badiola y Julián Gil, cofundadores de la proptech Suomma

El sherpa de los inversores particulares en vivienda

Lejos ya de los vaivenes de la pandemia, el alquiler de corta y media estancia ha recuperado ya no solo sus niveles de oferta, sino sobre todo los de la demanda. Así, este vuelve a estar en el punto de mira de muchos inversores, también de aquellos particulares que han visto en el alquiler vacacional una oportunidad muy rentable. Con apenas unos meses de vida, Suomma es una proptech especializada en la compra de propiedades para alquilar en la corta y media estancia que nace para facilitar ese proceso de conversión de particular a inversor, como si de un sherpa inmobiliario se tratara. En el blog de Urbanitae hablamos con Borja Badiola, CEO de Suomma, para saber un poco más sobre los retos de la proptech y de la situación del alquiler vacacional en España. 

¿Cómo surge Suomma? ¿De qué forma ayudáis a los particulares a convertirse en inversores?
Suomma surge hace tan solo unos meses y lo hace un poco con ese propósito, el de ayudar a inversores particulares a realizar sus inversiones en la compra de un inmueble para el alquiler. Básicamente lo que queríamos resolver era eso, el problema que muchos particulares tienen en la búsqueda de la propiedad. Requiere mucho tiempo, mucho esfuerzo y muchas veces cierto conocimiento o una red de contactos que no todo el mundo tiene. Nosotros, en paralelo, estábamos identificando muchas inversiones inmobiliarias con una alta rentabilidad. Lo que ideamos fue montar una plataforma y un servicio que acompañaran al inversor desde el principio hasta el final en su proyecto de inversión, desde la búsqueda hasta la gestión de la propiedad. En este sentido, nos enfocamos en alquiler vacacional o en propiedades de alquiler de corta estancia, porque es un nicho que está creciendo mucho y que lo está haciendo en zonas de inversión muy buenas.

En Suomma hacéis uso del análisis de datos para identificar las mejores oportunidades de inversión. ¿Cómo trasladáis esto a los particulares?
Primero, los clientes con los que trabajamos nos indican un poco el perfil y tipo de inversión que quieren hacer, según los recursos con los que cuenten, la rentabilidad que quieran alcanzar y por qué zona tienen preferencia. Entonces, con esos criterios iniciales lo que hacemos es rastrear las propiedades que están en venta, tanto las que están Idealista como en otras plataformas o canales inmobiliarios, y hacemos el cruce de información de esas propiedades que están en venta con los precios por metro cuadrado. Al mismo tiempo, cruzamos toda la información de alquileres de corta estancia con cada una de las propiedades, con los precios por noche en cada momento del año y datos de ocupaciones. Hacemos también nuestras propias estimaciones de gastos, de limpieza y mantenimiento. Y llegamos a este punto: esta es la rentabilidad neta esperada. Luego filtramos y elegimos un listado de propiedades que cumplan con los criterios del inversor y con los nuestros de rentabilidad.

«La oferta de alquiler vacacional se ha recuperado mucho, pero sobre todo la demanda»

¿Tenéis en el radar al cliente institucional?
A corto plazo, no, pero en algún momento quizás sí tenga sentido.

¿Qué ventajas tiene la inversión en una propiedad para alquilar frente a la venta?
Son dos inversiones completamente distintas. La compraventa busca añadir valor más inmediato mientras que el alquiler es una apuesta más a largo plazo, una inversión de cinco, diez o 15 años, y el objetivo es un ingreso pasivo, una renta pasiva. La primera quizá tiene un poco más de riesgo, tienes que tener un poco más de intuición y saber leer muy bien el mercado porque en un corto espacio de tiempo tienes que hacerlo muy bien, mientras que la segunda opción es un poco más segura.

Hace poco habéis lanzado vuestro nuevo servicio de inversión en alquiler vacacional. Cuéntanos un poco más sobre él.
Nosotros lanzamos Suomma en mayo de este año. La historia detrás de eso es que Julián, mi socio, y yo decidimos dejar nuestros trabajos anteriores porque identificamos muchas oportunidades. Nos apetecía montar una startup por nuestra cuenta y veíamos que había muchas oportunidades en el espacio del proptech, y en particular en la parte vacacional en España. Inicialmente nos enfocamos en la propiedad fraccionada, pero no tenía tanta tracción como estábamos buscando, así que en septiembre decidimos reorientarlo hacia el alquiler vacacional, un negocio que podía escalar mucho más. 

Tras la pandemia se produjo un fuerte trasvase del alquiler vacacional al residencial. ¿Se ha vuelto a recuperar la oferta al ritmo de la demanda?
La oferta se ha recuperado mucho, pero sobre todo la demanda. Hay ciudades en las que los ingresos por alquiler de propiedad de corta estancia se han multiplicado por dos y por tres respecto a 2019. Este desequilibrio al fin y al cabo para el inversor es muy positivo porque tienes mucha más demanda que oferta y por tanto mayor margen de rentabilidad. 

«Muchos inversores han mirado hacia el inmobiliario, que ha demostrado ser un valor seguro»

Ahora mismo os enfocáis especialmente en zonas costeras. ¿Habéis pensado en dar el salto a otro tipo de localizaciones?
Hemos empezado por zonas en las que las regulaciones son más seguras para un inversor que otras, quizá un poco más tensionadas. Siempre hay ciertas presiones por regularizarlo, lo que inevitablemente afecta a los inversores. En cambio, hay zonas en costa donde ese riesgo no existe porque son puramente vacacionales. Así que, por lo pronto, a corto plazo no vamos a ir a ciudades grandes.

Los pronósticos no son muy optimistas para el mercado de la vivienda en 2023, ¿qué perspectivas tenéis?
Lo cierto es que hay muchas voces y opiniones distintas. Con la subida de los tipos de interés y la reducción del acceso al crédito, la demanda y el volumen de compraventas caerán. La gente podrá financiar menos y habrá menos transacciones. También tenemos que estar pendientes de la inflación, ya que un inversor que ya tiene ahorros tiene pocas alternativas donde poner su dinero y no perder valor, porque algunas de las opciones más clásicas son muy volátiles como la bolsa o los bonos. Entonces muchos de ellos ya han mirado hacia el inmobiliario, que ha mostrado ser un valor seguro. Y, claro, es una situación muy distinta a la de 2008.

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