Leasing, copropiedad y otras formas de financiar una vivienda
Una de las grandes aspiraciones en la vida para la mayoría de las personas es contar con una vivienda en propiedad. Sin embargo, a pesar de ser un deseo generalizado, no siempre es fácil cumplirlo, especialmente debido al alto esfuerzo económico que ello conlleva. Por ello, la mayoría de la población se ve obligada a recurrir a algún tipo de financiación, y no siempre puede ser del 100% del precio de compraventa, por lo que si no se dispone de una entrada es todavía más complicado. Según los datos de la Asociación Hipotecaria Española (AHE), en 2020 el saldo de los préstamos hipotecarios fue de 487.855 millones de euros.
En este escenario, han surgido en los últimos tiempos fórmulas alternativas a la tradicional compraventa que facilitan el acceso a la vivienda en propiedad. En paralelo, el sector inmobiliario también está viviendo actualmente una transformación de 180 grados en el ámbito digital que ha derivado, entre otros aspectos, en la aparición de diferentes modelos de negocio que también han repercutido positivamente en esta necesidad, posicionándose como alternativa clara para los jóvenes.
¿Qué otros formatos tenemos a nuestro alcance en el caso de no lograr financiación bancaria para la compra de una vivienda? Algunas de las más habituales son:
1. Leasing habitacional
Plantea al usuario un contrato de arrendamiento con la posibilidad de convertirse en el futuro, en propietario del inmueble, por lo que la opción de compra, fijada al inicio del contrato, se encuentra siempre presente. De este modo, es posible adquirir la vivienda una vez finalice el período establecido de arrendamiento, que varía entre 5 y 20 años.
En este caso, la única diferencia respecto al alquiler con opción a compra es el tratamiento contable que recibe, ya que el propio leasing es parecido a la compra con un préstamo, actuando la vivienda como garantía colateral del préstamo. Un buen ejemplo Lucas, una proptech que ha revolucionado este modelo de acceso a la vivienda con el empleo de la tecnología.
2. Copropiedad
La copropiedad es otra manera de financiar una vivienda que permite reducir el desembolso de la inversión conjuntamente con otras personas, y en la que hablamos de propiedad proindiviso. Por lo tanto, adquirir un hogar entre diferentes partes es una opción segura y sencilla cuando no se dispone del capital suficiente para hacerlo de manera individual. En contra de lo que puede parecer, si en un momento determinado queremos vender esa parte de la propiedad, la ley contempla la posibilidad conforme a determinadas circunstancias.
3. FFF (family, friends, fools)
En los últimos años, la financiación familiar se ha convertido en una de las formas más rápidas y cómodas no solo para adquirir una vivienda propia, sino también para poner en marcha un negocio, por ejemplo. El modelo FFF se trata, básicamente, de lograr financiación por medio de una red de contactos cercana. Así, no se suscribe el acuerdo con una entidad bancaria, sino con un familiar o amigo cercano. Lo recomendable es que este préstamo se establezca durante un periodo de tiempo, estableciendo el importe, el tipo de interés que se aplica (si procede) o las condiciones de devolución; y que todo ello se comunique a la autoridad tributaria, para evitarnos sorpresas no deseadas.
Además de estas formas de financiación, están surgiendo otros modelos que permiten aligerar la carga económica que supone comprar una vivienda propia a un precio mucho más asequible y que en momentos puntuales se puede arrendar relativamente rápido.
Hablamos del famoso coliving, un concepto que nace en Estados Unidos como respuesta a la necesidad de jóvenes estudiantes y trabajadores de residir en grandes espacios, céntricos y, al mismo tiempo, económicos. Es también una evolución del coworking, donde los profesionales, además de compartir un lugar de trabajo, conviven con sus compañeros bajo el mismo techo. Se trata de edificios o varias plantas que aúnan salas de trabajo, espacios de ocio y zonas comunes para que los residentes, en muchas ocasiones de diversos sectores, puedan trabajar, convivir y hacer vida social.
En España, existen diversos espacios de coliving, especialmente pensados para freelance, como Hub Fuerteventura, en Canarias; o Coliving Sende, en una aldea gallega.
Por último, encontramos la permuta de viviendas, método por el que dos particulares puede intercambiar sus viviendas sin que medie ningún tipo de transacción monetaria. No obstante, en el caso de que una de las dos propiedades tenga un valor mayor, puede acordarse algún tipo de compensación.