La escasez de suelo en España: un obstáculo clave para el acceso a la vivienda

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La escasez de suelo en España: un obstáculo clave para el acceso a la vivienda

La escasez de vivienda en España es un problema que se intensifica cada vez más, afectando tanto a compradores como a arrendatarios. En este contexto, un informe reciente de Colliers y APCEspaña pone el foco en uno de los principales factores responsables: la falta de suelo urbanizable disponible. Este estudio destaca que los largos plazos necesarios para transformar suelo rústico en suelo edificable no solo dificultan la construcción de nuevas viviendas, sino que además contribuyen al alza de los precios en el mercado inmobiliario. Además, a esto se suma la complejidad burocrática, la falta de coordinación entre administraciones y las dificultades legales agravan aún más esta situación.

El déficit de vivienda acumulado en España alcanza cifras alarmantes. En 2023, la diferencia entre la demanda de vivienda y la oferta disponible superó las 408.000 unidades, una cifra que, si no se toman medidas, podría ascender a 2,74 millones en 2039. Este desajuste impacta especialmente en las grandes ciudades como Madrid, Barcelona y Valencia, donde el ritmo de creación de hogares es entre 3,4 y 5 veces superior al número de viviendas construidas, así como en regiones turísticas como Canarias, donde la diferencia llega a ser siete veces mayor.

La complejidad del desarrollo de suelo

El proceso para convertir suelo rústico en suelo urbanizable disponible para la construcción es lento y complicado en España. Según el informe de Colliers, los trámites administrativos y urbanísticos necesarios suelen prolongarse entre 10 y 15 años, y en algunos casos superan los 20 años. Estos retrasos dificultan la respuesta a la creciente demanda de vivienda, especialmente en las zonas donde más se necesita. Además, la incertidumbre jurídica y la falta de claridad en las regulaciones son obstáculos adicionales para promotores y constructores.

La lentitud del proceso tiene varias causas: normativas urbanísticas obsoletas, cambios frecuentes en las políticas locales y nacionales, impugnaciones legales y estructuras de propiedad complejas. Esto no solo retrasa la generación de suelo urbanizable, sino que también incrementa su precio debido a la escasez, lo que, combinado con el aumento de los costes de construcción, limita aún más la producción de vivienda asequible.

Consecuencias económicas y sociales de la escasez de suelo en España

La falta de suelo finalista tiene implicaciones significativas para la economía y la sociedad. En términos económicos, el incremento en los precios de suelo y vivienda reduce los márgenes de beneficio de los promotores, lo que desincentiva la construcción de nuevas unidades. Esto genera un círculo vicioso donde la oferta limitada no logra equilibrar la creciente demanda, impulsando aún más los precios.

En el ámbito social, esta situación afecta especialmente a los colectivos más vulnerables que enfrentan dificultades cada vez mayores para acceder a una vivienda. En zonas con alta demanda, muchas personas deben destinar una parte significativa de sus ingresos al alquiler o compra de vivienda, lo que genera desigualdad y limita la movilidad geográfica. Además, el déficit habitacional actual se concentra en áreas donde se necesitan más viviendas, dejando al margen zonas con menor presión demográfica y vivienda sin salida comercial. Esto conlleva a un problema social, en el que por ejemplo, los jóvenes tienen cada vez más difícil independizarse, provocando que dos de cada tres personas entre los 18 y los 34 años vivan con sus padres y dependan de ellos, según datos presentados por idealista. 

Además, según datos del Banco de España, durante el primer trimestre de 2024 se crearon 55.000 nuevos hogares, y se proyecta que este número alcance los 360.000 al finalizar el año. A esto se suma que desde 2022, el país ha recibido aproximadamente 1,5 millones de nuevos residentes, lo que ha elevado la población extranjera del 9,5% en 2015 al 13,6% en el segundo trimestre de 2024. Este crecimiento poblacional ejerce una fuerte presión en ciudades como Madrid y Barcelona, que concentran un tercio del déficit acumulado de vivienda, junto con Valencia, Alicante y Málaga, donde la brecha entre oferta y demanda sigue ampliándose.

Soluciones para aliviar el problema

Para hacer frente a esta crisis, el informe de Colliers propone la elaboración de un plan integral que agilice los procesos administrativos y mejore la coordinación entre las distintas Administraciones Públicas involucradas en la gestión del suelo. Entre las posibles soluciones se encuentra la adopción de herramientas como la declaración responsable y la licencia digital, que podrían reducir significativamente los tiempos de aprobación. También se recomienda promover planes territoriales que integren municipios y eviten contradicciones entre normativas locales y autonómicas.

A corto plazo, algunas medidas podrían incluir incentivos para rehabilitar viviendas existentes, flexibilizar cambios de uso de suelo para permitir más desarrollos residenciales y finalizar proyectos de construcción paralizados. Aunque estas iniciativas no resolverían el problema estructural, podrían aliviar parte de la presión actual.

Un futuro incierto si no se actúa

El déficit de suelo urbanizable y su impacto en la oferta de vivienda requieren una respuesta urgente y coordinada. De no implementarse las reformas necesarias, España corre el riesgo de enfrentar un aumento exponencial en el déficit de viviendas en las próximas décadas, agravando aún más la crisis de accesibilidad a la vivienda. Este desafío representa una oportunidad para repensar la gestión del suelo y buscar soluciones que beneficien tanto al mercado inmobiliario como a los ciudadanos.

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