Cómo funciona un plan de pensiones

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Cómo funciona un plan de pensiones

Un plan de pensiones es un contrato diseñado para ahorrar a largo plazo con la idea de mejorar nuestra calidad de vida en un futuro. Las aportaciones periódicas o puntuales que hacemos, se destinan a un fondo de pensiones. Este fondo invierte el dinero que estamos ahorrando en diferentes activos financieros, como bonos o acciones para hacerlo crecer con el tiempo. 

El principal propósito de este instrumento es acumular un capital que podamos utilizar más adelante en situaciones específicas: jubilación, incapacidad, fallecimiento o dependencia, entre otras. Sin embargo, debemos tener presente que además de beneficios estos productos tienen sus complicaciones, ya que el dinero que ahorramos es ilíquido, lo que significa que no podremos acceder a él hasta que se cumplan las condiciones previstas. Para entender mejor cómo funciona esta estrategia vamos a analizar en este artículo, quién participa en un plan de pensiones, por qué no son líquidos y si es adecuado para nosotros. 

¿Quién participa en un plan de pensiones?

Detrás de cada plan de pensiones hay varios actores importantes y es fundamental conocerlos para entender cómo funciona este sistema. Para explicarlo, vamos a basarnos en información detallada por el Banco de España (BdE).

  1. El promotor: es la entidad que impulsa el plan. En los planes individuales, suelen ser entidades financieras, como bancos, aseguradoras o gestoras de fondos, que se dedican a diseñar productos orientados al ahorro a largo plazo y los ponen a disposición del público. En los planes de empleo, el promotor es una empresa, administración pública y organización que crea un plan para sus empleados o miembros. Por otro lado, en los planes para autónomos o colectivos, son asociaciones, cooperativas o sindicatos los que pueden promover planes dirigidos a trabajadores por cuenta propia o sectores concretos, como una forma simplificada de acceder al sistema. 
  1. El partícipe: somos nosotros, las personas que decidimos formar parte del plan y, en la mayoría de casos, realizamos las aportaciones económicas al fondo. El partícipe es el titular del plan y tiene ciertos derechos, como elegir si continúa aportando, suspender las contribuciones por un tiempo o retomarlo después de una pausa. En los planes individuales, el partícipe realiza aportaciones desde su cuenta, mientras que en los planes de empleo, suele ser el trabajador el que recibe aportaciones de su empresa o contribuye a través de su propio salario. También hay que tener en cuenta que el partícipe puede tener varios planes a la vez, dependiendo de su situación laboral y las necesidades financieras. 
  1. El beneficiario: es la persona que recibe las prestaciones del plan de pensiones. Aunque normalmente el beneficiario y el partícipe son la misma persona, no siempre coinciden. Si el plan de pensiones se cobra por motivos de incapacidad o dependencia, el partícipe será también el beneficiario. Sin embargo, en caso de fallecimiento del partícipe, el beneficiario será la persona asignada previamente por el primero. Esto permite que el ahorro acumulado no se pierda y pase a las personas que el titular haya elegido. 

¿Por qué los planes de pensiones son ilíquidos?

Un contra que podemos encontrarnos en esta estrategia es que los planes de pensiones son ilíquidos, es decir, no podemos usar este dinero hasta que se produzcan las condiciones específicas de cada contrato. Estas suelen ser, el comienzo de la jubilación, el fallecimiento, una enfermedad grave o el desempleo prolongado.

El motivo principal detrás de esta restricción es fomentar el objetivo para el que se crearon estos planes: asegurar una renta o capital en momentos clave de la vida en los que los ingresos regulares se reducen o desaparecen. Si las personas pudieran disponer libremente de los fondos en cualquier momento, se correría el riesgo de que estos ahorros se utilicen para otros fines, poniendo el peligro la estabilidad financiera futura.

Lo cierto es que antes existía la posibilidad de rescatar aportaciones con más de 10 años de antigüedad, pero esta opción ha quedado temporalmente congelada hasta 2025. Es decir, si alguien hizo una aportación en 2015, va a poder disponer de esa cantidad en 2025. Actualmente si realizamos estas aportaciones no vamos a poder rescatar el dinero hasta que llegue la fecha que indique nuestro contrato.

¿Es el plan de pensiones nuestra mejor opción si queremos ahorrar para el futuro?

Para decidir si un plan de pensiones es nuestra mejor herramienta debemos valorar en primer lugar cómo encaja en nuestra estrategia financiera global y situación laboral. Si trabajamos en una empresa que ofrece planes de pensiones de empleo con contribuciones adicionales, puede ser una opción especialmente atractiva. Por otro lado, para autónomos o quienes no cuentan con estas ventajas, el plan de pensiones se convierte en una herramienta más personalizada, donde el horizonte temporal y el objetivo de ahorro juegan un papel crucial y requiere algo más de esfuerzo. En ambos casos, es fundamental considerar los beneficios fiscales, las posibles limitaciones de liquidez y las comisiones asociadas, que pueden marcar la diferencia en el crecimiento del fondo a largo plazo.Además, debemos tener en cuenta el entorno económico actual, la inflación, las tasas de interés y la evolución del sistema público de pensiones. Un plan de pensiones puede ser una excelente base para nuestra jubilación, pero no debería ser nuestra única herramienta: la diversificación sigue siendo clave. Complementarlo con otras opciones, como fondos indexados o inversión inmobiliaria, puede ayudarnos a mitigar riesgos y asegurar un futuro más sólido.

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