¿Es mejor un robo advisor o una cartera propia?

Un robo advisor te ayuda a automatizar buena parte de las decisiones de inversión.

¿Es mejor un robo advisor o una cartera propia?

Hoy en día, empezar a invertir es bastante más sencillo que hace unos años. Además de los fondos de inversión, existen herramientas que, con un coste muy bajo, permiten automatizar buena parte de nuestras decisiones de inversión. El robo advisor es un ejemplo claro. Te contamos cómo funcionan y si merecen la pena para inversores de a pie.

¿Qué es un robo advisor?

Un robo advisor es una plataforma digital que ofrece servicios automatizados de asesoramiento y gestión de inversiones con mínima intervención humana. Utiliza algoritmos y modelos matemáticos para crear y gestionar una cartera de inversiones personalizada basada en el perfil de riesgo y los objetivos financieros del cliente. 

Es decir, los robo advisors son una variante de la gestión pasiva en la inversión. Su principal atractivo es, justamente, que evita al inversor el trabajo de seleccionar los activos de su cartera y tener que reajustarla periódicamente. Antes, la única manera de lograr el mismo resultado era confiar en un gestor –humano– el manejo de tus inversiones. Como sabemos, la gestión activa es más costosa y, en la inmensa mayoría de los casos, menos exitosa. 

Es cierto que los robo advisors suelen ofrecer una variedad de opciones de inversión más limitada que si eligiéramos la composición de nuestra cartera a mano. El proceso de elegir un robo advisor suele arrancar con un cuestionario para definir tu tolerancia al riesgo y tu horizonte temporal y otros aspectos centrales de tu plan de inversión. Con esa información, la herramienta elabora tu cartera. Pero no solo eso: la monitoriza constantemente y hace los ajustes necesarios para mantener su composición –y su nivel de riesgo– estable. Y todo eso lo hace dejando admirablemente a un lado las emociones

Ventajas de los robo advisors

Ya hemos visto algunas de las ventajas de la inversión mediante robo advisor. Aquí resumimos las principales. 

Accesibilidad y conveniencia

Los robo advisors están disponibles online, lo que facilita el acceso a servicios de inversión desde cualquier lugar y en cualquier momento. Esto es ideal para personas con agendas ocupadas que prefieren una solución de inversión sencilla y automatizada.

Costes bajos

Generalmente, un robo advisor cobra comisiones más bajas en comparación con los asesores financieros tradicionales. Esto se debe a la automatización y la reducción de costes operativos.

Diversificación automática

Utilizan algoritmos para diversificar automáticamente las inversiones del cliente en una variedad de activos. Como sabemos, la diversificación no solo contribuye a reducir el riesgo de las inversiones, sino también a mejorar el rendimiento de nuestra cartera a largo plazo.

Reajuste automático de la cartera

Los robo advisors ajustan automáticamente la cartera del cliente para mantener la asignación de activos deseada. Esto asegura que la cartera se mantenga alineada con los objetivos de inversión sin necesidad de intervención manual.

Desventajas de los robo advisors

Como en toda forma de gestión pasiva, la principal desventaja es que limita la capacidad de maniobra del inversor. Cuando este inversor es inexperto, esta limitación suele ser, más bien, una ventaja.

Falta de personalización profunda

Aunque un robo advisor puede ofrecer carteras personalizadas, la personalización es limitada en comparación con la gestión de una cartera propia o con un asesor financiero dedicado. No es habitual que un robo advisor te permita configurar una cartera con criptomonedas, materias primas, renta fija y crowdfunding inmobiliario, por ejemplo. 

Escaso trato humano

Si confías tus inversiones a un robot, difícilmente podrás expresarle tus dudas o hablar con él sobre las tendencias del mercado. La mayoría de los servicios son completamente automatizados y las consultas con asesores humanos suelen ser limitadas o inexistentes.

Dependencia de algoritmos

La inversión se basa en algoritmos, que pueden no adaptarse a situaciones de mercado excepcionales o a cambios drásticos en los objetivos financieros del cliente.

¿Qué implica gestionar una cartera propia?

Gestionar una cartera propia significa tomar decisiones de inversión por cuenta propia, seleccionando y comprando activos como acciones, bonos, fondos de inversión, etc. Pero manejar una cartera exige un cierto conocimiento de la tecnología, mucho conocimiento del mercado y, sobre todo, mucho tiempo y paciencia. A cambio, ofrece algunas ventajas.

Ventajas de gestionar una cartera propia

Como habrás adivinado, la principal ventaja de hacer las cosas por ti mismo es la plena libertad de elección. 

Control total

Los inversores tienen control total sobre sus decisiones de inversión. Pueden ajustar la cartera según sus preferencias y necesidades específicas en cualquier momento.

Personalización completa

Si te gusta el capital privado, los bonos bancarios y el oro, y estás dispuesto a seguir su evolución con frecuencia, estás de suerte. La gestió propia te permite personalidad completamente tu cartera según tus objetivos, horizonte temporal, tolerancia al riesgo y cualquier otra consideración personal.

Aprendizaje y desarrollo

Gestionar una cartera propia puede ser una excelente oportunidad para aprender sobre inversiones y mercados financieros, lo que puede ser gratificante y útil a largo plazo. 

Desventajas de gestionar una cartera propia

Si no estás dispuesto a pasar mucho tiempo frente al ordenador, o a ser disciplinado en la gestión, no es para ti. 

Requiere tiempo y conocimiento

La gestión de una cartera propia puede ser exigente en términos de tiempo y requiere un conocimiento significativo del mercado financiero. Los inversores deben estar dispuestos a investigar y analizar constantemente.

Riesgo de errores

La falta de experiencia puede llevar a errores costosos, como la selección incorrecta de activos o la falta de diversificación adecuada, lo que puede afectar negativamente el rendimiento de la cartera.

Costes de transacción

Comprar y vender activos de forma individual puede generar costes de transacción más altos en comparación con las tarifas fijas de los robo advisors. Ten en cuenta que los gestores automáticos suelen manejar grandes sumas de dinero, lo que les da acceso a comisiones más bajas que a los particulares…

¿Qué es mejor para mí?

Ya hemos visto que tanto los robo advisors como la gestión propia de la cartera de inversión tienen ventajas e inconvenientes. Los primeros ofrecen una solución accesible, conveniente y barata para aquellos que buscan una gestión automatizada y diversificada. Por otro lado, gestionar una cartera propia proporciona control total y personalización completa, ideal para aquellos con el conocimiento y el tiempo necesario para tomar decisiones informadas. 

Para la mayor parte de los inversores, los robo advisors serán la opción más razonable. En todo caso, antes de elegir, deberás evaluar tus necesidades, conocimientos y objetivos financieros para tomar una decisión fundamentada. Recuerda que la clave del éxito en la inversión es elegir una estrategia que se alinee con tu perfil de riesgo y objetivos a largo plazo.

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