5 alternativas a la compra tradicional de vivienda
España es un país de propietarios. De hecho, ocho de cada diez españoles prefiere tener una casa en propiedad, según los últimos datos del CIS.
No obstante, acceder al mercado residencial supone contar con un nivel de ahorros que para muchos ciudadanos es prácticamente imposible. Esto unido a las dificultades para beneficiarse de un crédito hipotecario, cuyo interés medio es casi un punto superior al que se paga en Francia o Alemania, hace cada vez más complicado el sueño español. Pero no desesperes. Es posible tener una residencia propia sin contar con una gran cantidad de dinero ahorrado. Estas son cinco posibles alternativas a la compra tradicional de vivienda.
Régimen de cooperativa
A través de esta fórmula, un grupo de personas interesadas en comprar una vivienda se une para formar una cooperativa que será la entidad que compra el terreno, contrata a la constructora y edifica el edificio de viviendas. Los cooperativistas se convierten así en promotores, por lo que se elimina el pago que existe a éstos en la vía tradicional. Una vez se termina de construir el edificio y se entregan las llaves de las residencias, la cooperativa se disuelve. Una de las ventajas de este sistema es que se reducen los costes de construcción, se mejoran las calidades de la vivienda y, en términos generales, se logra un precio más económico. En este sentido, José Luis Grajera, presidente de la Asociación de Gestoras de Viviendas (AGV), señala en una entrevista concedida a Idealista que esta opción de media debería ser un 15%-20% más barata que comprar una casa por el mercado tradicional.
Alquiler con opción a compra
Este modelo es un contrato doble o mixto compuesto por dos subcontratos, uno de alquiler y otro de compraventa, que ofrecen al inquilino la posibilidad de vivir en una vivienda en régimen de alquiler por un tiempo estipulado. Al finalizar ese plazo, tendrá derecho a comprar la casa al precio que se fijó previamente descontando además de ese importe la cantidad ya pagada mensualmente durante el periodo de arrendamiento. Una de las principales ventajas para el inquilino es que le permite continuar ahorrando para el crédito hipotecario durante el tiempo de alquiler aunque también se arriesga a que en el momento de comprar la vivienda el precio pactado esté por encima del valor del mercado.
Vivienda de nuda propiedad
Este sistema es un tanto desconocido en nuestro país pero supone una opción a tener en cuenta en el momento de plantearnos la compra de una casa. El comprador de la residencia adquiere la propiedad a un precio relativamente menor de lo que marca el mercado a cambio de permitir al propietario del inmueble vivir en él hasta el momento de su fallecimiento.
Vivienda con derecho de uso
Se trata de un modelo intermedio entre la propiedad y el arrendamiento que supone una buena opción en el caso de no disponer de suficientes ahorros ni poder optar a una hipoteca en un futuro cercano. A través de esta fórmula, es posible vivir en dicha residencia durante un tiempo indefinido sin necesidad de comprarla. La propiedad de la casa estará en manos de una cooperativa, en la que los socios de la misma pagan una aportación inicial y después una cuota mensual de derecho de uso del hogar.
Propiedad compartida
Es una de las alternativas a la compra tradicional de vivienda más utilizadas en Reino Unido, aunque cuenta con pocos seguidores en España. Se basa en la multipropiedad de un inmueble, es decir, una vivienda es comprada por varias personas. De esta manera, la casa se fracciona en varias partes, cada una de las cuales es adquirida por uno de los interesados que, a su vez, deben pagar un alquiler a los demás copropietarios por el disfrute del resto de la residencia. Los gastos habituales de la vivienda se reparten conforme al porcentaje de propiedad que tiene cada persona.
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