Un inmueble para cada tipo de inversor
Cada inversor inmobiliario es diferente y presenta unas particularidades distintas a la hora de elegir un activo. Algunos priorizan las altas rentabilidades, otros se dejan llevar por impulsos, los hay que prefieren productos Premium y también están los metódicos y conservadores. En base a estas particularidades, en Urbanitae hemos preparado una clasificación de inversores inmobiliarios. ¿Con cuál te identificas tú?:
1. El conservador. Es un inversor práctico que no busca altas rentabilidades pero sí valores seguros. Por ello, se decanta
por un tipo de activo refugio y con unas características específicas. Una vivienda para alquiler situada en una zona universitaria o una plaza de garaje en la zona centro de una gran ciudad son algunos de los productos más demandados por este perfil. En España, Madrid y Barcelona son las urbes clave para este tipo de inversor debido a su buena conectividad, su potencial financiero y empresarial y su atractivo turístico, lo que asegura la rentabilidad del activo a futuro. De hecho, se trata de dos de las ciudades europeas más atractivas para invertir, según un reciente informe elaborado por PwC y el Urban Land Institute.
2. El sibarita. Realiza pocas inversiones pero de gran valor. Sueña a lo grande y busca un tipo de activo diferencial, que presente características especiales y destaque por su nivel de exclusividad. Antiguos palacios, edificios emblemáticos, residenciales de alto standing, locales exclusivos, hoteles.., son algunas de sus prioridades. También tiene muy en cuenta la zona geográfica. Se decantan por áreas con encanto que aporten un extra al activo, bien comunicadas, cercanas a los principales centros financieros o en primera línea de playa. En este sentido, el mercado de lujo sigue pisando fuerte y las ventas de viviendas premium crecieron un 39% en el mismo periodo, según datos de Lucas Fox.
3. El meticuloso. Se trata de un inversor analítico, que presenta un enfoque paciente y metódico y estudia mucho cada operación antes de llevarla a cabo. Para ello, realiza un profundo análisis del mercado inmobiliario, se informa sobre la evolución de los precios de cada segmento, el estado físico y jurídico del activo, conoce de antemano si existe algún variable que pueda poner en riesgo su inversión y estudia el potencial de revalorización del activo. Es exigente en los términos de la operación y en el proceso de compraventa y no se deja llevar por los impulsos del momento. Suele ser un perfil más visionario y adquiere inmuebles en zonas de desarrollo o segmentos menos tradicionales, como colegios mayores, gasolineras, etc.
4. El kamikaze. Con gran apetito inversor, arriesgado y que no analiza detenidamente el riesgo de su inversión. Es un perfil que no estudia los factores que condicionan la inversión, la futura rentabilidad y se deja llevar por el “aquí y ahora”. De hecho, en muchas ocasiones adquiere activos de manera impulsiva y se deshace de ellos de la misma forma (en apenas unos meses), sin valorar si se trata del momento óptimo y esperando obtener una ganancia y repetir el proceso con otro inmueble. Estos perfiles son habituales en momento de crecimiento inmobiliario y prefieren viviendas nuevas, terrenos cercanos a desarrollos urbanísticos, etc…
5. El disperso. Está abierto a muchas posibilidades de inversión inmobiliaria (viviendas, centros comerciales, locales, hoteles, etc.) y se caracteriza por realizar varias operaciones al mismo tiempo. Prefiere realizar una inversión más pequeña en varios activos que le permita diversificar el riesgo y la rentabilidad de unos y otros. Las nuevas plataformas de crowdfunding son opciones muy interesantes para este tipo de inversores. Con Urbanitae, además, no solo tienen la posibilidad de diversificar sus inversiones entre distintos tipos de activos, sino que pueden acceder también a grandes proyectos, tanto residenciales, industriales o comerciales.