Perché è necessaria l’educazione finanziaria nelle scuole
En el mundo actual, donde las decisiones financieras tienen un impacto significativo en la calidad de vida, la educación financiera se ha convertido en una habilidad esencial. Sin embargo, a pesar de su importancia, muchos sistemas educativos aún no incorporan la educación financiera en sus currículos. En este artículo te contamos por qué es crucial enseñar educación financiera en los colegios y cómo puede beneficiar a los estudiantes a lo largo de sus vidas.
Las finanzas toman parte activa en nuestro día a día. Más allá del dinero que tenemos en el banco o las compras cotidianas, la educación financiera se manifiesta en la compra de un coche, la elección de una hipoteca o la gestión del presupuesto familiar. Tras una mala decisión muchos pensamos “ojalá hubiera sabido esto cuando tenía 20 años”. Algo parecido ocurre con las inversiones, un mundo que para muchos sigue siendo desconocido.
¿Qué es la educación financiera?
La educación financiera se refiere al proceso de adquirir el conocimiento y las habilidades necesarias para tomar decisiones informadas y efectivas sobre el uso y la gestión del dinero. Esto incluye comprender conceptos básicos desde el colegio como el ahorro, la inversión, el crédito, los seguros y la planificación fiscal.
El Banco de España indica que la educación financiera va “más allá de la mera disponibilidad de información y se extiende a los conocimientos, conductas y actitudes que nos permiten tomar decisiones financieras acertadas a lo largo de la vida, tener hábitos financieros saludables y conocer las oportunidades y riesgos de los productos financieros que contratamos (cuentas, tarjetas, créditos, hipotecas…)”.
La educación financiera en España
Según un estudio reciente, la puntuación media en educación financiera entre los países de la OCDE es de 6 sobre 10. Entre todos los países participantes, solo el 34% de los adultos llegaron a la puntuación mínima objetivo en educación financiera, definida como obtener una puntuación de al menos 7 sobre 10. En España estamos solo un poco por encima de esa media y muy lejos de países como Alemania o Irlanda.
El último informe PISA indica que solo el 11% de los estudiantes (de 15 años de edad) de los países de la OCDE obtuvieron las mejores calificaciones en educación financiera (nivel 5). Estos estudiantes, según el estudio, son capaces de “analizar productos financieros complejos y de resolver problemas financieros no rutinarios”. Lo más preocupante es que un 18% de los estudiantes puntuaron en el nivel 1 o por debajo.
Con una puntuación media de 486, España está en la segunda mitad de la tabla. Austria, la comunidad flamenca de Bélgica, Canadá (las ocho provincias que tomaron parte en el estudio), República Checa, Dinamarca, Países Bajos y Polonia superan a la media de la OCDE. Por contra, diez países –Brasil, Bulgaria, Costa Rica, Italia, Malasia, Noruega, Perú, Arabia Saudí, España y Emiratos Árabes Unidos– puntuaron por debajo de la media. Es cierto que, al menos, España mejoró su desempeño respecto de 2015.
En su Encuesta de competencias financieras 2021 –cuyos resultados se presentaron en noviembre de 2023– el Banco de España concluye que “a pesar de que se han producido algunas mejoras en el nivel de competencias financieras de la población española entre 2016 y 2021, aún existe un amplio margen de mejora, incluso para converger a los niveles de competencias financieras de otros países de nuestro entorno”.
Beneficios de la educación financiera
No hay discusión sobre la importancia de contar con una buena educación financiera. Estas son algunos de sus beneficios
Preparación para la vida adulta
Uno de los argumentos más convincentes a favor de la educación financiera en los colegios es la preparación para la vida adulta. Los jóvenes, al salir del entorno escolar, se enfrentan a una serie de decisiones financieras importantes, como gestionar un presupuesto, ahorrar para el futuro, entender los impuestos, y tomar decisiones sobre préstamos estudiantiles o hipotecarios. Sin una base sólida en educación financiera, los estudiantes pueden tomar decisiones equivocadas que les afecten negativamente durante años.
Fomento del ahorro y la inversión
La educación financiera temprana puede inculcar en los estudiantes la importancia del ahorro y la inversión. Al comprender cómo funciona el interés compuesto y los beneficios de comenzar a ahorrar e invertir desde una edad temprana, los jóvenes pueden estar mejor preparados para alcanzar sus metas financieras a largo plazo, como comprar una casa, financiar su educación o asegurarse una jubilación cómoda.
Comprensión del riesgo y la recompensa
Una educación financiera sólida también enseña a los estudiantes sobre el equilibrio entre riesgo y recompensa en las decisiones financieras. Esto incluye no solo inversiones, sino también la gestión del riesgo en la vida cotidiana. Entender estos conceptos puede ayudar a los estudiantes a tomar decisiones más informadas y a ser más cautelosos al enfrentar oportunidades que podrían parecer demasiado buenas para ser verdad.
Promoción de la igualdad económica
La falta de educación financiera perpetúa la desigualdad económica. Los estudiantes de entornos menos privilegiados, que pueden no tener acceso a información financiera en el hogar, están en desventaja en comparación con sus pares más privilegiados. Incluir la educación financiera en el currículo escolar puede nivelar el campo de juego, proporcionando a todos los estudiantes las herramientas necesarias para gestionar sus finanzas de manera efectiva y, potencialmente, romper el ciclo de la pobreza.
Preparación para el mundo laboral
Las habilidades financieras son valoradas en el mundo laboral. Los empleados que entienden los conceptos financieros básicos pueden ser más efectivos en roles que implican la gestión de presupuestos, la planificación de proyectos y la toma de decisiones estratégicas. Además, los emprendedores con una buena educación financiera están mejor equipados para manejar sus negocios de manera eficiente y sostenible.
En resumen…
Todo lo anterior pone de manifiesto que la educación financiera en los colegios no es solo una necesidad, sino una inversión en el futuro. Proporciona a los estudiantes las herramientas y el conocimiento necesarios para tomar decisiones financieras informadas, promover la igualdad económica y prepararse para un mundo cada vez más complejo y digitalizado. Al integrar la educación financiera en el currículo escolar, estamos preparando a las futuras generaciones para enfrentar los desafíos financieros con confianza y competencia. Es hora de reconocer la importancia de la educación financiera y asegurarnos de que todos los estudiantes tengan acceso a este conocimiento esencial.