¿Afectan las tensiones comerciales al sector inmobiliario?

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¿Afectan las tensiones comerciales al sector inmobiliario?

Last Updated on 17 septiembre 2025 by Equipo Urbanitae

Las tensiones comerciales en la construcción se enmarcan en una economía global inmersa en una fase de transformación estructural, en la que la incertidumbre geopolítica y comercial no solo introduce volatilidad en los mercados, sino que también condiciona las decisiones de inversión y pone en cuestión la solidez de las perspectivas de crecimiento en la zona del euro. La política comercial ha dado un giro importante, con la introducción por parte de EE. UU. de un arancel base del 10% sobre prácticamente todos los bienes importados, que en más de 60 países puede llegar a alcanzar hasta el 50%, según recoge CESCE. Lo relevante es que estos nuevos gravámenes no sustituyen a los ya existentes, sino que se suman a ellos, configurando una estructura acumulativa que, en casos como el de China, podría elevar la carga total hasta el 74%, lo que ha generado un escenario de incertidumbre estructural en el comercio internacional.

En este nuevo marco comercial a nivel global, caracterizado por medidas proteccionistas, incertidumbre regulatoria y tensiones entre grandes potencias, sectores como la construcción y la inversión inmobiliaria operan ahora en un contexto más complejo, en el que la falta de estabilidad y previsibilidad limita la toma de decisiones de inversión.

Aranceles específicos y su impacto en la construcción

El sector de la construcción se ha visto directamente afectado por el nuevo marco comercial global, especialmente por los aranceles impuestos por Estados Unidos a materiales clave como el hierro, el acero, los metales no ferrosos, como el aluminio, el cobre o el zinc, y otros elementos de construcción. Según el Informe Internacional de la CEOE, publicado en abril de este mismo año, estas partidas están sujetas a un arancel del 25%, lo que representa un impacto económico estimado de 133,99 millones de euros, solo en el caso de los metales. En Europa, a pesar de que las exportaciones de material de construcción desde la Unión Europea han mostrado una evolución positiva del 24% interanual, el aumento de costes derivado de los aranceles puede repercutir negativamente en la planificación y ejecución de proyectos inmobiliarios. En un contexto de creciente incertidumbre comercial, estas medidas proteccionistas no solo elevan el coste de los materiales, sino que también introducen volatilidad en las decisiones de inversión, afectando la competitividad del sector inmobiliario en España y en el conjunto de la Unión Europea.

Efectos en la inversión inmobiliaria internacional: el caso de España

A pesar de este escenario poco predecible, causado por las tensiones comerciales internacionales y la imposición de aranceles, el sector inmobiliario europeo sigue mostrando una notable capacidad de resiliencia. De hecho, según un informe de la consultora Cushman & Wakefield, se prevé que los precios de los inmuebles en Europa acumulen un crecimiento superior al 9% hasta 2026, acompañados de señales de recuperación en la actividad inversora. Este dinamismo se ve reforzado por la política monetaria más flexible del Banco Central Europeo, que contempla nuevos recortes de tipos de interés, favoreciendo la financiación y estimulando la confianza de los inversores. Además, el giro hacia una política fiscal expansiva en Europa, materializado en un incremento significativo del gasto público, contribuye no solo a sostener la demanda agregada, sino también a fortalecer la competitividad estructural del sector, generando un entorno más favorable para la inversión. En este contexto, la inversión inmobiliaria internacional en España mantiene el atractivo que mostró a lo largo del año, reflejado en el hecho de que nuestro país alcanzó por primera vez la quinta posición en el ranking europeo de inversión inmobiliaria, con un volumen de 8.387 millones de euros, escalando tres puestos respecto al primer trimestre de 2024 y consolidando así su presencia en el mercado internacional.

En España, los efectos de los aranceles impulsados por la Administración Trump se han dejado sentir, sobre todo, por la incertidumbre global que generan. Aunque la exposición comercial directa de nuestro país a Estados Unidos es reducida, el Fondo Monetario Internacional ha estimado que cada incremento del 10% en los aranceles aplicados a la Unión Europea podría restar una décima al PIB español. Este impacto, aparentemente modesto, adquiere mayor relevancia si se considera que no solo afecta a las exportaciones directas, sino también a la confianza de los inversores, a la estabilidad de las cadenas de suministro y a la competitividad de sectores clave como el agroalimentario, el automovilístico o el tecnológico. 

Perspectivas futuras para el sector inmobiliario internacional

El sector inmobiliario se enfrenta a un entorno marcado por la incertidumbre comercial global, que afecta directamente tanto al comercio como a los flujos de inversión. Tal y como recoge la Organización Mundial del Comercio (OMC), el aumento de aranceles y las tensiones comerciales están generando un desajuste importante en las reglas del comercio internacional, lo que obliga a los mercados a adaptarse a cambios que podrían ralentizar el crecimiento económico y la inversión en activos tangibles como los inmuebles y bienes raíces. 

Por su parte, el Fondo Monetario Internacional advierte que estas tensiones comerciales representan un riesgo significativo para la estabilidad económica mundial, afectando la confianza de los inversores y condicionando las decisiones en mercados de capital a nivel global. En su World Economic Outlook de julio de 2025, el FMI proyecta un crecimiento global del PIB cercano al 3,0% para 2025 y al 3,1% en 2026, cifras que reflejan la necesidad de que los países mantengan políticas económicas sólidas y previsibles para atraer inversión.

En este contexto, España destaca por su resiliencia macroeconómica, reflejada en unas previsiones de crecimiento que superan la media europea y que, según la Comisión Europea, sitúan el PIB del país en un aumento cercano al 2,6% en 2025 y al 2,0% en 2026, un crecimiento que se sustenta no solo en la fortaleza de la demanda interna, sino también en la recuperación sostenida de sectores estratégicos como la logística y el turismo, así como en un mercado residencial que continúa mostrando dinamismo y capacidad de absorción. Todo esto convierte a España en un mercado refugio dentro de Europa, capaz de atraer flujos de inversión incluso en un entorno de incertidumbre global y de ofrecer a los inversores la combinación de estabilidad, calidad de activos y sólidos fundamentales económicos que refuerzan su confianza a largo plazo. 

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diego.gallego@urbanitae.com

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