¿Dónde hay riesgo de burbuja inmobiliaria?
El riesgo de burbuja inmobiliaria es una preocupación recurrente en el mercado global, especialmente en ciudades donde ha habido un crecimiento de precios notorio. El Global Real Estate Bubble Index 2024, que elabora el banco UBS, proporciona una visión clara de las ciudades más expuestas a una crisis inmobiliaria, evaluando factores como el precio de la vivienda en relación con los ingresos, el coste de los alquileres, la evolución de las hipotecas y el ritmo de construcción.
¿Qué es una burbuja inmobiliaria?
Una burbuja inmobiliaria ocurre cuando los precios de los inmuebles aumentan de manera rápida, impulsados por la especulación y la demanda, alejándose de su valor real. Este aumento suele estar alimentado por factores como el fácil acceso al crédito o la expectativa de que los precios seguirán subiendo. Sin embargo, cuando el mercado se satura o las condiciones cambian –suben los tipos de interés, por ejemplo–, la demanda cae y los precios pueden desplomarse rápidamente, causando pérdidas significativas para propietarios e inversores.
Ciudades con mayor riesgo de burbuja inmobiliaria en 2024
El índice que elabora anualmente UBS realiza un análisis de los mercados inmobiliarios de 25 grandes ciudades de todo el mundo. En primer lugar, cabe destacar que los riesgos de burbuja inmobiliaria han disminuido ligeramente por segundo año consecutivo. Sin embargo, hay algunas ciudades que sobresalen con una probabilidad un poco más alta que el resto.
Miami lidera el índice de riesgo de burbuja con 1,79 puntos –por encima de 1,5 se considera riesgo alto–. El fuerte aumento de los precios de la vivienda, impulsado por una alta demanda interna y la afluencia de inversores extranjeros, ha puesto a esta ciudad en una posición de vulnerabilidad. Por otro lado, Tokio se encuentra también en el podio de ciudades en riesgo, con una puntuación de 1,67. En este caso, los precios de las propiedades han seguido aumentando, impulsados por la demanda internacional y la expansión del crédito, a pesar del aumento de las tasas de interés. Zúrich es la tercera ciudad con más riesgo de burbuja, con un índice de 1,51, ya que a pesar del encarecimiento de las hipotecas, los precios inmobiliarios se han mantenido altos, impulsados por una oferta limitada y una fuerte demanda de viviendas.
Respecto a Madrid, aunque la vivienda se ha caracterizado por un crecimiento moderado de los precios en el último año, se encuentra en el puesto 16 en este estudio con un índice de 0,56. Sin embargo, a pesar de que el mercado todavía refleja algo más de estabilidad que en las ciudades mencionadas anteriormente, la capital española muestra un aumento de los precios de alquiler y compra de viviendas que se ha visto impulsado por la alta demanda de compradores extranjeros y un aumento del turismo que ha provocado un creciente interés por adquirir inmuebles como inversión.
Factores que aumentan el riesgo de burbuja
Las burbujas inmobiliarias no ocurren de la noche a la mañana, sino que son el resultado de varios factores económicos y sociales que impulsan un crecimiento descontrolado de los precios de las propiedades. Estos son algunos de los factores que favorecen la formación de una burbuja inmobiliaria:
1. Altos tipos de interés y asequibilidad limitada
En un contexto de tasas de interés elevadas, el acceso al crédito se encarece y por lo tanto, las hipotecas son más caras y la barrera para comprar viviendas es mayor. Esto podría provocar un freno en el crecimiento de los precios, sin embargo, en muchos mercados, la demanda es tan alta o la oferta es tan escasa, que los precios siguen subiendo a pesar de estas tasas, y en consecuencia el mercado se vuelve insostenible e inaccesible para la mayoría. Esta es la explicación de lo que ha ocurrido en ciudades como Zúrich o Tokio donde los precios se han mantenido altos a costa de la fuerte demanda.
2. Demanda especulativa
Este es uno de los factores más peligrosos que impulsan una burbuja inmobiliaria. Los inversores, en busca de rendimientos rápidos, compran propiedades con la intención de venderlas a corto plazo, esperando que los precios sigan subiendo en un futuro cercano y en un mercado seguro. Este tipo de demanda puede inflar los precios de manera significativa, especialmente en ciudades donde la oferta de vivienda es limitada. Cuando los compradores internacionales ingresan en un mercado, al final compiten con los locales elevando los precios de las viviendas más allá de lo que esa misma población con un contexto económico diferente puede permitirse y crea una desconexión de los precios de las propiedades y los ingresos locales. En este caso, ciudades como Miami y Hong Kong, son atractivas para este tipo de inversiones, por lo tanto este interés sobrevalora los inmuebles.
3. Escasez de oferta de viviendas
En muchas ciudades las restricciones en el desarrollo urbano, la falta de terrenos disponibles o la burocracia limitan la construcción de nuevas viviendas. Cuando la oferta no puede seguir el ritmo de la demanda, los precios de las propiedades aumentan rápidamente. Además, este desequilibrio entre oferta y demanda suele ser atractivo para los inversores, lo que provoca una subida mayor. La oferta limitada de ciudades como Zúrich o Múnich en este caso sigue presionando el alza de los precios.
En definitiva, una burbuja inmobiliaria es impulsada por una combinación de factores, en los que se incluyen el acceso fácil al crédito, la demanda especulativa, la escasez de oferta y la desconexión entre los precios y los fundamentos económicos de cada país. Aunque las burbujas pueden inflar los precios rápidamente, suelen ser insostenibles y, cuando estallan, pueden tener consecuencias graves tanto para los propietarios como para la economía en general.