Inversiones en planes de pensiones: pros y contras

Invertir en planes de pensiones es una estrategia común para quienes buscan asegurar un futuro

Inversiones en planes de pensiones: pros y contras

Todos hemos oído hablar alguna vez de los planes de pensiones. De hecho, ese es quizá uno de sus atractivos: su disponibilidad. Tanto para los no iniciados como para quienes tienen claro cómo construir su cartera de inversión, los planes de pensiones ofrecen pros y contras. En este artículo te ayudamos a ver las principales. 

Planes de pensiones: qué son

Invertir en planes de pensiones es una estrategia común para quienes buscan asegurar un futuro financiero estable al llegar a la jubilación. Estos productos financieros están diseñados para fomentar el ahorro a largo plazo, ofreciendo beneficios fiscales y la posibilidad de una renta adicional en la vejez. ¿Cómo funcionan exactamente?

En esencia, son como un fondo de inversión. El depositante o partícipe –el inversor– realiza su aportación y los gestores del plan deciden dónde se invierte ese dinero. Aunque hay diferentes tipos de planes según el perfil de riesgo del inversor, por lo general los planes de pensiones invierten de manera más conservadora que un fondo de inversión convencional. Darán, por ejemplo, más peso a la renta fija que a la renta variable.

Pero esa no es la diferencia principal con respecto a los fondos normales. Al estar diseñados para fomentar el ahorro a largo plazo y, con ello, incrementar la seguridad financiera después de la jubilación, los Gobiernos suelen favorecer la inversión en ellos. ¿Cómo? Aquí viene una de sus ventajas.

Beneficios fiscales

Una de las principales ventajas de los planes de pensiones es el atractivo tratamiento fiscal que ofrecen. Las aportaciones a estos planes se deducen de la base imponible del IRPF, lo que puede suponer un ahorro fiscal significativo para el inversor. Esto es especialmente útil para aquellos en tramos altos de renta, ya que la deducción puede reducir considerablemente la factura fiscal.

En la mayor parte de los casos, la aportación máxima a un plan de pensiones será de 1.500 euros al año. Son esas aportaciones, que pueden ser periódicas o de una vez –hasta el máximo de 1.500 euros–, las que pueden desgravar en la declaración de la renta y reducir nuestra base imponible. Esto es interesante porque es la base imponible la que determina qué tipo se aplica en la renta. Podría ser que, descontando lo que hayamos aportado al plan de pensiones, no solo paguemos menos, sino en menor proporción porque se nos aplique un tipo marginal más bajo. Ahora bien, la ley también fija un máximo para la cantidad que podemos desgravarnos. 

Ahorro disciplinado

Esta característica es, en realidad, otra ventaja, aunque implica también inconvenientes. Los planes de pensiones fomentan un ahorro disciplinado, ya que el dinero invertido no se puede retirar fácilmente antes de la jubilación sin incurrir en penalizaciones. Esto asegura que el capital se mantenga y crezca a lo largo del tiempo, proporcionando una fuente de ingresos segura para la jubilación. La idea en un plan de pensiones es reservar ese dinero para la jubilación, por lo que se dificulta mucho su retirada en otro caso. De ahí, la siguiente desventaja.

Falta de liquidez

Una de las mayores desventajas de los planes de pensiones es su falta de liquidez. Las aportaciones están bloqueadas hasta la jubilación, salvo en casos excepcionales como enfermedad grave o desempleo prolongado. Esto significa que los inversores no pueden acceder a su dinero en caso de necesitarlo antes de tiempo, lo que puede ser un inconveniente en situaciones de emergencia.

Además, hay que tener cuidado a la hora de retirar el dinero –lo que llamamos rescate del fondo de pensiones–. Precisamente por la fiscalidad aplicable, la tentación de recuperar todo el dinero de golpe una vez se den las condiciones para ello puede salirnos muy cara. ¿Por qué? Los planes de pensiones tributan como rendimientos del trabajo, es decir, como si fuera el salario. Cuanto más cobremos, por tanto, más alto será el tipo aplicado. Por eso es aconsejable cobrar el fondo en forma de renta –en esencia, en disposiciones periódicas–.

Rentabilidad limitada

Como sabemos, la rentabilidad es la cara opuesta del riesgo. De modo que estamos, de nuevo, ante una ventaja/desventaja. La rentabilidad de los planes de pensiones puede ser limitada en comparación con otras formas de inversión. Y es que, debido a la naturaleza conservadora de muchos fondos de pensiones, que suelen invertir en activos de bajo riesgo, los rendimientos pueden ser más bajos que en alternativas como la inversión en bienes raíces o el crowdfunding inmobiliario.

Comisiones y gastos

Este es un claro contra de los planes de pensiones. Ya sabemos que los costes y las comisiones son los enemigos de la rentabilidad. Los planes de pensiones suelen implicar comisiones de gestión y otros gastos comparativamente altos, que pueden mermar su rentabilidad a largo plazo.

Por poner un ejemplo, en España 1,50% y 0,20% son las comisiones máximas establecidas por ley para las comisiones de depósito y gestión fija. Pero dentro de esos topes, las entidades bancarias pueden establecer las que consideren oportunas. Por eso, es fundamental evaluar bien estas comisiones antes de invertir, ya que una diferencia en los costes puede afectar –y mucho– el capital acumulado al final del período de ahorro.

Alternativas a los planes de pensiones

Crowdfunding inmobiliario

Una alternativa interesante a los planes de pensiones es el crowdfunding inmobiliario. Esta forma de inversión permite a los pequeños inversores participar en proyectos inmobiliarios colectivos con una barrera de entrada más baja. Los beneficios incluyen la posibilidad de obtener rendimientos atractivos a través de la inversión en bienes raíces, un activo históricamente seguro y apreciado.

Inversión en bienes raíces

La inversión en inmuebles sigue siendo una de las estrategias más populares para la creación de patrimonio a largo plazo. Comparada con los planes de pensiones, la inversión en bienes raíces ofrece un mayor control sobre el activo, así como la posibilidad de generar ingresos pasivos a través del alquiler. Además, a diferencia de los planes de pensiones, los inmuebles pueden ser vendidos o refinanciados en caso de necesidad de liquidez.

Fondos de inversión y ETF

Otra alternativa es invertir en fondos de inversión o en ETF, que ofrecen una mayor flexibilidad y acceso a una amplia gama de activos. Estos vehículos permiten a los inversores ajustar su estrategia según su perfil de riesgo y horizonte temporal, a la vez que mantienen la diversificación y la gestión profesional.

Fondos de pensiones: ¿sí o no?

Invertir en planes de pensiones tiene ventajas claras, como beneficios fiscales y un ahorro disciplinado, pero también presenta desventajas como la falta de liquidez y la rentabilidad limitada. Es crucial evaluar estas consideraciones junto con otras estrategias de inversión, como el crowdfunding para pequeños inversores y la inversión en inmuebles. Al diversificar tus inversiones y planificar cuidadosamente, puedes lograr un retorno de inversión sólido y asegurar una jubilación confortable.

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