8 consejos para mejorar tus hábitos de inversión
A la hora de invertir, es fácil caer en nuestras propias trampas. Por ejemplo, tendemos a comprar más acciones cuando el mercado sube… y las acciones están más caras. Y es frecuente pecar de exceso de confianza cuando conseguimos lo que a simple vista parece una buena racha. En este artículo te brindamos ocho consejos para mejorar tus hábitos de inversión y evitar algunos errores claros.
Hace más de 15 años, el columnista financiero del Wall Street Journal Jason Zweig escribió un libro titulado Tu dinero y tu cerebro que resume una parte importante de su sabiduría inversora. Estos ocho consejos son parte de ella, y están orientados a que los inversores eviten hacer pronósticos, una de los comportamientos menos aconsejables si lo que se quiere es no perder dinero…
1. Controla lo que puedes controlar
Esta primera máxima vale para casi cualquier ámbito de la vida. Pero en la inversión resulta fundamental. Como sabemos ya, es muy difícil –imposible, realmente– adivinar el comportamiento del mercado. Entre otras cosas porque una parte muy importante de lo que ocurre en él tiene un componente de aleatoriedad. Por eso, la estrategia más sensata no pasa por descubrir el próximo Google, sino por controlar lo que sí sabemos.
Lo primero que debemos ajustar son nuestras expectativas, estableciendo metas realistas. Igualmente, podemos y debemos controlar el riesgo que queremos asumir. Y también debemos fijarnos en toda la letra pequeña de la inversión que, a diferencia de las rentabilidades, son seguras: los gastos de gestión, las comisiones y los impuestos. Solo revisando bien estos conceptos ya podremos mejorar nuestros resultados de inversión.
2. No hagas pronósticos
¿Será buen momento para invertir o mejor espero para el rally de Navidad? ¿Seguirán subiendo estas acciones o han llegado a su potencial? Estas preguntas a menudo conducen a decisiones equivocadas, porque responderlas bien es muy difícil. Por eso, lo mejor es centrar nuestro foco en el largo plazo e ir invirtiendo poco a poco de manera constante. Solo así amortiguaremos los altibajos de los mercados… y mejoraremos nuestras rentabilidades.
3. Pide más pruebas
Cuando alguien te ofrezca excelentes oportunidades de inversión o un gestor alardee de los excelentes resultados de su fondo, no te fíes. Es fácil contar los resultados cuando las cosas salen bien, pero ¿cuántas otras cosas salieron mal? Conviene conocer el historial completo para determinar si los éxitos de un determinado producto de inversión son la regla o más bien la excepción. Es sencillo conocer la lista de los fondos más rentables del año; pero ¿qué hay de los que fueron rentables y no figuran en la lista porque cerraron?
4. Practica en casa
Si, a pesar de todo, quieres hacer alguna apuesta concreta o seguir una corazonada, espera. Piénsalo dos veces o, mejor, haz la prueba en un papel. Has leído bien: haz como si invirtieras en esa acción y, al final del periodo que consideres, anota los resultados. Así podrás confirmar si tu intuición iba por buen camino o si el papel te ha ahorrado un buen disgusto.
5. Fíjate en la rentabilidad media
Como siempre, el largo plazo es un aliado a la hora de planear nuestras inversiones. Imagina que un fondo de inversión publicita sus buenos resultados durante uno o más años. Una excelente manera de saber si tales resultados son realmente buenos es compararlo con la media. ¿Cuál fue la rentabilidad del mercado en general durante esos años? Y es que batir al mercado es una tarea extraordinariamente difícil. Por eso los fondos indexados –que invierten en todo un índice– suelen ofrecer mejores rentabilidades que los diseñados por gestores.
6. ¿Correlación o causalidad?
Hoy en día tenemos a nuestra disposición un auténtico océano de datos. Esa es una buena noticia para las mentes analíticas. Pero también tiene el problema de que, según se seleccionen esos datos, se puede llegar a conclusiones que poco o nada tienen que ver con la realidad. Así que ten cuidado cuando veas un pronóstico de mercado que relacione dos variables que aparentemente tienen poco que ver. ¿Son realmente causa y efecto o más bien una coincidencia?
7. Piénsalo bien
Este es otro consejo que podría aplicarse a casi cualquier decisión importante: tómate tu tiempo. Nuestro cerebro está diseñado para buscar patrones –¡y encontrarlos!– allí donde no los hay. Por eso, cuando creas que has descubierto una tendencia ganadora, que estás en racha o un “patrón” del tipo “como esta acción ha caído varios años seguidos, se tiene que recuperar”, párate a pensar: ¿tiene sentido lo que digo?, ¿no estaré precipitándome?
8. No te obsesiones
La mayoría de nosotros invertimos con una perspectiva razonablemente amplia. Por eso, salvo en casos muy concretos, no tiene sentido mirar cada hora el rendimiento de nuestras inversiones. Sobre todo si las hemos realizado conforme a una estrategia clara y con un horizonte de varios años. Las fluctuaciones del día a día pueden desanimarnos o bien provocar un exceso de confianza: en los dos casos, es mejor mantener el rumbo y la cabeza fría.
Estos ocho consejos para mejorar tus hábitos de inversión no te harán rico, pero a buen seguro te evitarán sustos y disgustos innecesarios. En muchas ocasiones, eso es todo lo que necesita para invertir con tranquilidad.