Cinco edificios de oficinas que deberías conocer
De entre todos los campos en los que explotar la creatividad, la arquitectura es uno de los más interesantes. A este fin se han prestado todos los segmentos, desde la vivienda hasta el comercial. Pero también las oficinas. Así, especialmente en el espacio de trabajo, el genio creativo tiene que combinarse con valores tan importantes como la seguridad, la amplitud o la flexibilidad. Y mucho de esto es cada vez más visible en las oficinas, un sector fundamental para el inmobiliario. Hoy, en el blog de Urbanitae, te hablamos sobre algunos edificios de oficinas que ya son referencia mundial.
Apple Park, en Cupertino
Apple Park podría considerarse el summum de las oficinas del siglo XXI. La sede de la multinacional tecnológica lleva la firma de uno de los arquitectos más importantes, Norman Foster, galardonado con el Pritzker y el Príncipe de Asturias. Ubicada en Cupertino, en el estado de California, el diseño del Apple Park buscaba principalmente dos cosas: creatividad y confort para sus empleados. Y probablemente lo hayan conseguido. Este enorme edificio circular en el que trabajan más de 12.000 personas es un hito de la arquitectura y la ingeniería. El proyecto, anunciado por Steve Jobs en 2006, costó 5.000 millones de dólares. Hoy es una de las referencias mundiales en arquitectura sostenible.
El Pentágono, en Arlington
Situada en el condado de Arlington, en Virginia, la sede del Departamento de Defensa de EE. UU. es un mastodonte. De hecho, con más de 120.000 metros cuadrados construidos, se lo podría considerar el edificio de oficinas más grande del mundo. Fue construido en los años 40 y en él trabajan cerca de 30.000 empleados, entre todo el personal militar, civil y de apoyo. Su forma de pentágono lo ha convertido en uno de los edificios más reconocibles del planeta. La razón principal de este diseño tan singular era maximizar el espacio sobre el que se edificaría. Parte del Pentágono también fue dañada y luego reconstruida tras los atentados del 11 de septiembre en 2001. Como homenaje a las víctimas, se construyó el Pentagon Memorial, un parque conmemorativo situado al suroeste del edificio principal.
La Casa Danzante, en Praga
En los noventa, Frank Gehry y Vlado Milunic entendieron la arquitectura como arte plástica posiblemente como nadie. Y la Casa Danzante de Praga es el mejor ejemplo de ello. También conocida como el Ginger & Fred building –en honor a los míticos bailarines estadounidenses–, la Casa Danzante fue construida entre 1994 y 1996. Su corte se asemeja a otras firmas de Gehry, como el Guggenheim. Se ubica en un área de casi 500 metros cuadrados, en el centro de la ciudad checa y cerca del río Moldava. Aunque en sus inicios su planteamiento fue controvertido, dado su estilo disruptivo y asimétrico en la estética de la ciudad, con los años ha acabado convirtiéndose en uno de los edificios más icónicos de Praga. La mayor parte de la Casa Danzante está ocupada por oficinas, aunque también cuenta con un restaurante desde el que se obtienen algunas de las mejores panorámicas de Praga.
Las oficinas de Google en Tel Aviv
En 2013 Google abrió en Tel Aviv, Israel, uno de sus espacios de oficinas más interesantes de todo el globo. Se encuentra en la Electra Tower, el cuarto edificio más alto del país y en el que Google cuenta con más de 8.000 metros cuadrados repartidos en ocho plantas. Como viene haciendo desde hace años en sus espacios de trabajo, la tecnológica redobla esfuerzos en concentrar creatividad y comodidad en un mismo lugar, sobre todo de cara al bienestar del trabajador. Al menos el 50% del espacio de las oficinas está dedicado a lo que ellos llaman “áreas de comunicación”, claramente diferenciadas de las zonas de trabajo, donde los empleados pueden descansar y conectar entre ellos. Además, las oficinas de Google de Tel Aviv destacan por su sostenibilidad, que han jugado un papel muy importante en la apuesta de la tecnológica por crear espacios de trabajo respetuosos con el medioambiente.
EY Centre, en Sídney
La torre del EY Centre, situada en Sídney, Australia, es única en su especie. Y la razón es más que evidente: es una torre de madera. Desde su apertura en 2017 está llamada a convertirse en un icono de la ciudad. La torre, que está hecha de múltiples capas, está envuelta por una fina lámina de hierro transparente, tras la cual se superponen distintas lamas de madera natural y otros recubrimientos. Más allá de los azules, grises y platinos del resto de edificios de oficinas, más que habituales en cualquier urbe, el edificio de EY se eleva como un remanso de calidez en el centro de la ciudad, que también trata de buscar un toque diferencial en la estética del skyline australiano. EY Centre simboliza uno de los objetivos cruciales de las ciudades del futuro: espacios urbanos diseñados desde una perspectiva de sostenibilidad.