Las constructoras medianas en España facturan 3.350 millones de euros
En España operan hoy más de 87.000 empresas en el sector de la construcción. De ellas, solo 175 cuenta con una cifra de negocio superior a los 25 millones de euros. Alrededor de un centenar facturó entre 25 y 50 millones de euros en 2020: son las constructoras medianas. Un segmento que ingresó, en conjunto, 3.350 millones de euros, el 3,2% del total de la construcción en España.
Los datos del Observatorio Sectorial DBK de Informa, publicados en marzo, dan una idea del peso del sector en España. Tras haber retrocedido un 13% en 2020 como consecuencia de la pandemia, la producción total de la construcción creció un 1% el año pasado, hasta los 107.200 millones de euros. Las empresas medianas así identificadas por DBK Informa demostraron una notable resiliencia: vieron crecer su negocio cerca de un 2% en 2020 y volvió a aumentar en 2021.
A pesar del desplome en la compraventa de viviendas de 2020 (una caída del 17,7%), el sector residencial es el núcleo de la actividad de las constructoras medianas. Según DBK Informa, la edificación residencial supuso el 47% de los ingresos de estas compañías en 2020. A continuación se sitúa la producción de obra civil, con el 31%, y la edificación no residencial, con el 20% del total.
El sector de la construcción es uno de los motores de la economía española. Supone aproximadamente el 12,5% del PIB y emplea a 1,3 millones de personas. Según la Fundación Laboral de la Construcción, el sector cerró enero de 2022 con un incremento del 5,1% en el número de trabajadores afiliados. Sin embargo, la Confederación Nacional de la Construcción (CNC) alertaba el pasado agosto de la falta de trabajadores. La CNC considera que harán falta 700.000 más para hacer frente a los proyectos surgidos del impulso de los fondos europeos.
Un cóctel de adversidades
En efecto, como informaba Cinco Días el verano pasado, la CNC esperaba un aumento de la actividad del 7% para 2021, basado en las estimaciones de la Federación Europea de la Industria de la Construcción. La Fundación Instituto de Tecnología de la Construcción de Cataluña (ITeC), en su informe Euroconstruct del pasado noviembre, se mostraba bastante optimista. ITeC cifra en el 6,5% el crecimiento del sector en España en 2021 y en el 8,0% el avance en 2022, lo que supondría un volumen un 4% superior al registrado en 2019.
Pese al optimismo, el informe Euroconstruct señala dos causas de tensión para el sector: el aumento de los costes de construcción y la “recurrente” escasez de mano de obra. En consecuencia este 2022 “el reto clave para el futuro inmediato sea contar con suficiente oferta”. Desde entonces y, como sabemos, la guerra en Ucrania ha complicado la situacióin y enturbiado los pronósticos.
Los problemas ya se han dejado notar. Como señala EY, el encarecimiento de las materias primas ha llevado a un aumento de los costes de construcción de más del 13% en el sector residencial. La patronal gallega Confederación de Empresarios de Galicia (CEG) anunció el pasado viernes un cese de actividad por la falta de suministros. Los problemas de las industrias cementera, de hormigón y siderúrgica están entre las principales causas de la decisión, a lo que se añade el incremento de los costes de combustibles y energía.
Ya el pasado octubre, la CNC presentó un estudio sobre el impacto del alza de los materiales. Según el estudio, cuatro de cada diez empresas se habían visto obligadas a “cancelar o paralizar sus obras”. El encarecimiento de suministros como la madera, la piedra o el cobre ha desabastecido a más del 75% de las compañías, según CNC. En total, el coste de las obras se ha disparado un 22,2%.
En febrero de este año, el Consejo General de la Arquitectura Técnica de España (CGATE) esperaba un crecimiento neto de la nueva obra residencial del 49% para este año. Además, la institución confiaba en que la tendencia tendría reflejo también en los proyectos de edificación no residencial, que crecerían un 20%, y en los de obra civil, para los que vaticinaban un avance del 14%. El coste de los materiales, no obstante, se dejaría notar en una reducción de los márgenes del 13%.
Sin duda, el sector deberá afianzar la digitalización emprendida en 2020 con motivo de la pandemia. Como señalan desde EY, “el futuro va a estar marcado por la utilización de elementos y procesos que incluyan la circularidad y un uso más eficiente de los recursos, así como la incorporación a los procesos de elementos que permitan incrementar los márgenes”.
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