
En los últimos años hemos visto como muchos inversores buscaban oportunidades de inversión en los llamados activos alternativos inmobiliarios “no tradicionales”, como el coliving, residencias de estudiantes o para mayores (senior housing), built to rent (proyectos llave en mano), activos healthcare o socio-sanitarios, e inmuebles para alquiler turístico o residencial, entre otros. Los elevados precios de la vivienda en las grandes urbes, junto a la movilidad laboral, o las necesidades que demandan los distintos grupos de edad, especialmente los más jóvenes, han impulsado el despunte de este tipo de activos que atraviesan uno de sus mejores momentos. Pese a la desactivación económica provocada por la pandemia del coronavirus, la inversión en activos alternativos inmobiliarios sigue siendo un área de gran interés para aquellos que buscan diversificar su cartera y explorar nuevas vías para conseguir rentabilidad, tal y como apunta la consultora Gesvalt.