“Objetivo 2020: Un sector inmobiliario más sostenible”

opinión Diego Bestard

“Objetivo 2020: Un sector inmobiliario más sostenible”

Diego Bestard, fundador y CEO de Urbanitae, ha compartido a través de las páginas de la revista Energía del diario El Economista su visión acerca del objetivo de sostenibilidad y consumo casi nulo por el que se deben regir todas las nuevas edificaciones inmobiliarias de acuerdo a la normativa europea de Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2012/27/UE). Os dejamos con su reflexión sobre el sector inmobiliario eficiente:

Consumo de energía casi nulo. Esta es la máxima por la que se deben regir todos los nuevos desarrollos inmobiliarios de aquí hasta el 31 de diciembre de 2020. Así lo establece la Unión Europea en su Directiva de Eficiencia Energética de Edificios (2012/27/UE), que además señala que todos los países miembro deben utilizar la energía de manera más eficiente en todas las etapas de la cadena energética.

¿Cómo podemos afrontar ese cambio hacia la sostenibilidad? Una de las áreas del inmobiliario en las que mayor transformación debe darse es precisamente el sector de la construcción. Y no es para menos. Los datos muestran que, en la Unión Europea, este segmento consume el 40% de la energía primaria y el 50% de las materias primas, genera un 30% de los residuos y gasta más de un 20% del agua potable.

En el caso de España, ese avance apremia con urgencia. Actualmente, el 84% de los edificios españoles consume una cantidad de energía elevada y no aprovecha las ventajas de las renovables, según un estudio elaborado por EuroACE (Alianza Europea de Empresas de Eficiencia Energética en la Edificación). De hecho, los inmuebles de nuestro país son responsables del 31% del consumo total de energía, especialmente a través de la calefacción, la refrigeración o la ventilación.

Y esto no solo aplica a los edificios residenciales, ya que el ámbito comercial (hoteles, oficinas y retail) tiene gran parte del peso. De hecho, lo cierto es que el consumo de ambos sectores está muy equiparado. Del 40% del volumen total de emisiones de carbono que proceden del sector inmobiliario, entre el 23% y el 24% tiene su origen en inmuebles residenciales y el resto, en inmuebles comerciales.

Así lo destaca un informe del proyecto Crrem (monitor del riesgo de emisiones de CO2 en el sector inmobiliario), financiado por el programa H2020, que señala además que los inmuebles comerciales deberían reducir sus emisiones de carbono en más de un 80% hasta el 2050 para cumplir con los objetivos climáticos del Acuerdo de París.

Hacia una construcción más verde

¿Qué tipo de medidas se deben tomar para alcanzar los objetivos de sostenibilidad inmobiliaria que marca Europa? La respuesta debe ir en línea con llevarnos hacía procesos constructivos más sostenibles, o la denominada “construcción verde”. Y, ¿qué implica todo esto?  El concepto es muy amplio y abarca desde nuevos sistemas constructivos hasta nuevos materiales de construcción. Algunos ejemplos en fase de construcción incluyen la utilización de materiales naturales en el proceso de edificación, la integración máxima del inmueble en el entorno respetando el medio ambiente, y la instalación de un buen aislamiento y fuentes de generación de energía renovable en todos los edificios.

La aplicación de estas medidas además tiene otros resultados. Tanta es la importancia y las ventajas de la edificación sostenible que, según la Federación Internacional de Profesiones Inmobiliarias (FIABCI España), este tipo de construcción revaloriza hasta en un 20% los bienes inmuebles y puede alcanzar un ahorro medio en el consumo de energía de hasta el 70%.

A este respecto, una de las tendencias que en los últimos tiempos está en auge en el mercado inmobiliario son los edificios Passivhaus, uno de los certificados más exigentes en eficiencia energética. Los inmuebles construidos bajo este estándar reducen en un 75% las necesidades de calefacción y de refrigeración, posibilitando además que el resto de energía pueda ser cubierta fácilmente con renovables.

Pero además la sostenibilidad no es una cuestión relevante solo para promotoras inmobiliarias, consultoras o socimis, sino que ya se ha convertido también en una premisa que ha ganado peso en la mente del inversor. Tanto es así que se ha posicionado como uno de los factores que marca la diferencia a la hora de decantarse por un inmueble u otro. Los desarrollos edificados bajo estos criterios cada vez son más demandados en el mercado y así lo muestra el informe bianual ‘Global Sustainable Investment Review 2018’ que revela que las inversiones socialmente responsables crecieron un 34% a nivel global entre 2016 y 2018.

Por esta razón, la sostenibilidad ya no es una elección. Es una necesidad. O más bien un deber porque en España aún estamos un poco verdes (nunca mejor dicho) en este sentido. En la actualidad, la Plataforma de Edificación Passivhaus especifica que en nuestro país hay más de 100.000 metros cuadrados construidos certificados bajo este estándar, entre los que se encuentran más de 350 viviendas, oficinas, hoteles, una biblioteca y un palacio de congresos. Una cifra que, en comparación al amplio parque inmobiliario español, pone de manifiesto que aún queda mucho camino por recorrer en términos de sostenibilidad.

Y es en esta la dirección hacia la que debemos navegar todos los actores del sector de forma conjunta, no sólo para cumplir con los objetivos que marca la directiva europea, sino con el fin de lograr un mercado inmobiliario eficiente y sostenible.

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