Es una estrategia de inversión inmobiliaria que busca aprovechar situaciones especiales y desequilibrios en el mercado. Los inversionistas que adoptan una estrategia oportunista buscan oportunidades de alto rendimiento mediante inversiones más arriesgadas, como la reestructuración de activos, la adquisición de propiedades en dificultades o el desarrollo de nuevos proyectos en mercados emergentes.
La estrategia oportunista se caracteriza por la toma de riesgos más elevados en busca de mayores rendimientos. Los activos adquiridos pueden estar subvalorados o atravesando problemas financieros, lo que crea la posibilidad de obtener una revalorización significativa una vez que se realicen mejoras o se resuelvan los problemas subyacentes.
Las principales características de la estrategia oportunista incluyen:
En comparación con las estrategias core y core-plus, la estrategia oportunista es mucho más arriesgada, ya que depende de factores impredecibles y requiere una intervención activa y experta para gestionar los riesgos. Sin embargo, a cambio de estos riesgos, los inversores pueden obtener rendimientos significativamente más altos, especialmente cuando el proyecto se lleva a cabo con éxito.
Esta estrategia es adecuada para inversores con un perfil de riesgo alto, que buscan maximizar su rentabilidad a través de la identificación y explotación de oportunidades únicas en el mercado inmobiliario.