Andalucía, mercado inmobiliario en crecimiento
Hace tiempo que el mercado inmobiliario de Andalucía está en el punto de mira de los inversores. El mapa inversor se está ensanchando en España más allá del tradicional eje Madrid-Barcelona, como se lleva advirtiendo desde años atrás. Esto se explica en parte porque cada vez más se mira hacia el sur. En esta línea, el inmobiliario andaluz se encuentra en muy buen estado de salud y con expectativas de seguir creciendo.
Ya a mediados de 2022 veíamos cómo la inversión inmobiliaria batía récords registrando máximos históricos, y todo ello a pesar del contexto internacional. En sintonía a los años anteriores, Madrid y Barcelona se mantenían como los destinos favoritos de las inversiones, aglutinando prácticamente la mitad de ellas, tal y como recogen los datos de CBRE. No obstante, sí que se percibía el despunte, cada vez más visible, de otras provincias, como Valencia y Baleares, pero también el de Málaga, Almería o Sevilla, que han sacado a relucir todas las virtudes del inmobiliario andaluz como foco de atracción inversor.
Demanda creciente en vivienda de calidad
Las expectativas son particularmente positivas para el terreno de la vivienda. Así lo ponía de manifiesto recientemente un grupo de expertos en un coloquio organizado en Málaga por el grupo Joly. Pero para que el crecimiento del sector sea sostenido y sin riesgos, el mercado debe prestar atención a una demanda cada vez más exigente, que pide oferta y nueva construcción de calidad, por la que está dispuesta a pagar precios más elevados. De ahí la importancia de que se siga invirtiendo en mejorar la vivienda de obra nueva.
En la mejora de la oferta de vivienda tienen mucho que ver los criterios ESG, presentes ya en cualquier escenario inmobiliario. Desde esta lógica, tal y como apuntaban en el coloquio, los fondos Next Generation de la Unión Europea son clave para mirar hacia la transición energética de las ciudades, un horizonte por el que pasan ya necesariamente el urbanismo y la nueva construcción. Algo que, asimismo, es muy visible también en Andalucía, en Málaga sin ir más lejos, donde “el parque de viviendas está obsoleto a nivel energético”.
Habrá que prestar atención también a la evolución del precio de la vivienda. A cierre de 2022, la situación del mercado inmobiliario dejaba a Baleares, Andalucía y Valencia a la cabeza de las subidas de los precios en la vivienda usada. Así, la región del sur se convertía en la segunda comunidad en la que más se encareció la vivienda, con un incremento del 7,86%. Más destacables fueron todavía las subidas en dos provincias andaluzas: Málaga, con un 13,33%, y Cádiz, con un 10,4%.
Nuevos horizontes en el mercado inmologístico
En otros sectores como el industrial-logístico los datos de 2022 ya vaticinaban el desarrollo de un mercado muy potente. De nuevo, más allá del eje Madrid-Barcelona, el inmologístico es el claro ejemplo de cómo los focos de inversión se han diversificado geográficamente estos últimos años. Hasta el cuarto trimestre de 2022, según datos de la consultora Savills, Andalucía acumulaba más de 150.000 metros cuadrados de superficie para el sector, destacando especialmente los proyectos de nueva construcción y dando cuenta de nuevo de la necesaria renovación del parque logístico español.
En este segmento, las principales apuestas inversoras miran hacia Sevilla y Málaga. La última, aunque en 2021 sentó las bases para su desarrollo en 2022, se ha encontrado con índices de contratación más bajos de los previstos. Esto podría deberse, tal y como explican desde Savills, a la escasez de producto disponible. Por el contrario, Sevilla ha recuperado parte de su atractivo logístico en detrimento de la Costa del Sol, algo que se explica principalmente gracias a su absorción dinámica y rápida, lo que le ha valido para convertirse con los años en el motor logístico del sur de España.
Otros sectores tradicionales como el de oficinas también han encontrado en Andalucía terreno fértil en el que seguir creciendo. De hecho, según datos de CBRE, Sevilla se ha posicionado, tras Madrid y Barcelona, como la tercera ciudad con mayor stock de oficinas en España. Una oferta, además, que también se va readaptando a las nuevas exigencias de espacios de trabajo más flexibles y sostenibles que buscan, en el fondo, la transformación del suelo inmobiliario de las ciudades.