La vivienda sostenible: la vivienda del futuro

La vivienda sostenible: la vivienda del futuro

Viviendas sostenibles

En la actualidad, la construcción es una de las actividades que más perjudican el medio natural, supone el 50% de la contaminación ambiental, ya que implica la extracción del 50% de los minerales y el consumo del 30% de la energía. Para luchar contra esta problemática, así como concienciar sobre la necesidad real de la sostenibilidad, las tendencias en real estate en 2018 están enfocadas a este fin: uso de materiales adecuados, diseño bioclimático, domótica y eficiencia energética.

Los materiales

Los materiales que predominan a la hora de construir una vivienda ecológica son la piedra, la madera, el ladrillo, el corcho y la cal. Por su dureza y resistencia, la piedra es el mejor material para soportar cargas, requiere escaso mantenimiento y tiene una vida útil muy larga. Además, es un aislante término y acústico natural. La madera, por su parte, procedente de la tala controlada es un elemento higroscópico, que regula la humedad de forma natural, es mucho más ligero, lo que permite reducir las cargas y el peso de la construcción y con ello las necesidades de cimentación.

Los ladrillos poseen una gran capacidad para soportar peso por lo que son óptimos para construir paredes de carga. Aunque su material principal, la arcilla, y su forma de conseguirla no sea la más ecológica, se utilizan por su precio, su disponibilidad y la facilidad de construcción que aportan. En cuanto al corcho, es el único aislante natural que además se puede mojar sin que se estropee. Por último, la cal sobresale por su impermeabilidad, aislante y transpiración. Además, antes de que apareciese el cemento, se mezclaba cal con arena para conseguir la argamasa.

Diseño bioclimático

El diseño bioclimático de una vivienda ecológica consiste en la correcta distribución de todos sus elementos (paredes, ventanas y espacios en general) orientándolos hacia la luz y el calor del sol para aprovechar los recursos naturales al máximo. Del mismo modo, esta distribución favorecerá el acondicionamiento natural de la temperatura y la humedad.

Domótica

La domótica beneficia enormemente el uso eficiente de la vivienda, contribuyendo a convertirla en ecológica. Gracias al control y la automatización de la mayoría de aspectos de la casa (luces, persianas, calefacción, etc.) el ahorro energético es un hecho. Además, mediante la monitorización de consumos, se obtiene la información necesaria para modificar los hábitos y aumentar el ahorro y la eficiencia.

Eficiencia energética

Invertir en la eficiencia energética de una residencia es una obligación para España ya que necesita duplicar el rendimiento energético de sus edificios convirtiéndolos en inmuebles de consumo de energía casi nulo para alcanzar los objetivos del Acuerdo de París. Llevar a cabo reformas de 350.000 viviendas al año hasta 2050 es un deber si se quieren lograr las metas ambientales. Además, estas reformas benefician en primer lugar al medio ambiente, en segundo a quien vende o alquila el inmueble ya que una residencia puede revalorizarse hasta un 25% tras una reforma energética y en tercer lugar, al comprador o inquilino, porque se reduce el coste de las facturas. Mejorar la envolvente y la protección solar, cambiar la instalación hidráulica, térmica y eléctrica, modificar el acristalamiento y la carpintería y sellar las infiltraciones son algunos ejemplos de mejoras energéticas.

Si se llevan a cabo todas estas prácticas una vivienda puede obtener, entre otros, el certificado BREEAM (Building Research Establishment Environmental Assessment Methodology) que avala la sostenibilidad de un inmueble. Obtener la categoría de edificio BREEAM significa aumentar el valor de la residencia en un 7,5%, disminuir el consumo energético entre un 50 y 70% y el consumo de agua en hasta un 40%, reducir los gastos de funcionamiento y mantenimiento entre un 7 y 8% y limitar al mínimo las emisiones de CO2 durante toda la vida útil del edificio.

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