Es un componente en el presupuesto de un proyecto o inversión destinado a cubrir gastos imprevistos o contingencias que puedan surgir durante su ejecución. La partida de imprevistos se reserva para afrontar situaciones no planificadas, como costes adicionales debido a retrasos, cambios en el alcance del proyecto, fluctuaciones en los precios de materiales o imprevistos operativos. Su propósito es garantizar que el proyecto pueda continuar sin interrupciones, incluso cuando surjan gastos inesperados.
Este tipo de partida es esencial en la gestión de proyectos, ya que permite a los gestores tener un margen de maniobra para adaptarse a circunstancias no previstas sin comprometer la viabilidad del proyecto. Sin una partida de imprevistos, un proyecto podría enfrentarse a graves problemas financieros si surgen costos inesperados durante su ejecución.
Es importante establecer una partida de imprevistos adecuada al inicio de un proyecto, teniendo en cuenta la naturaleza del mismo y los posibles riesgos. La cantidad destinada a esta partida puede variar según el tipo de proyecto, la incertidumbre y los factores de riesgo identificados.
Además, la gestión de esta partida debe ser flexible y transparente, ya que su uso requiere justificación y seguimiento para asegurar que se emplee solo cuando sea necesario.
En muchos casos, el porcentaje de la partida de imprevistos se calcula como un porcentaje del presupuesto total del proyecto, aunque este cálculo puede ajustarse según la complejidad y el riesgo del mismo.