Se refiere a un inversor individual que participa en los mercados financieros y realiza inversiones con sus propios recursos. Los inversores minoristas, a diferencia de los institucionales, suelen gestionar sus propios fondos de manera más independiente y con un enfoque más personal en sus decisiones de inversión. Aunque su capacidad de inversión es generalmente menor que la de los inversores institucionales, este grupo constituye una parte significativa del mercado financiero.
Los inversores minoristas suelen estar interesados en una variedad de activos, como acciones, bonos, fondos de inversión o incluso bienes raíces, con el objetivo de generar ingresos o aumentar su patrimonio a largo plazo. Sin embargo, a menudo enfrentan ciertas limitaciones, como menos acceso a productos de inversión exclusivos o asesoría especializada, lo que puede influir en sus decisiones y en la rentabilidad de sus inversiones.
Aunque los inversores minoristas tienen menos recursos que las grandes instituciones, la democratización del acceso a los mercados financieros ha permitido que participen en una gama más amplia de oportunidades de inversión. Las plataformas de inversión online y los fondos cotizados (ETF) han facilitado su acceso a activos que antes solo estaban disponibles para inversores institucionales.
A menudo, los inversores minoristas toman decisiones de inversión basadas en objetivos personales, como la jubilación, la educación de sus hijos o la compra de una vivienda, lo que les lleva a optar por inversiones más conservadoras o de largo plazo. Sin embargo, a medida que adquieren más experiencia, algunos pueden optar por explorar inversiones más arriesgadas o diversificadas para mejorar su rentabilidad.
Aunque su impacto en los mercados puede ser menor en comparación con los grandes fondos institucionales, los inversores minoristas desempeñan un papel crucial en la liquidez y la dinámica del mercado financiero.