Los bonos son instrumentos financieros de deuda emitidos por entidades como gobiernos, corporaciones y organismos internacionales. Funcionan como una forma de financiamiento, ya que el emisor recibe un préstamo de los inversores que adquieren los bonos, comprometiéndose a devolver el capital prestado en una fecha específica (fecha de vencimiento) y a pagar intereses periódicos durante la vigencia del bono.
En términos simples, cuando un inversor compra un bono, está actuando como prestamista. A cambio, el emisor le ofrece:
Intereses periódicos: También conocidos como cupones, representan el rendimiento que el inversor recibe por prestar el dinero.
Devolución del capital: El monto original invertido es reembolsado al vencimiento del bono.
Existen diferentes tipos de bonos que varían según su emisor, plazo y estructura:
Los bonos son una herramienta clave en la diversificación de carteras de inversión. Al ofrecer un flujo de ingresos estable y menor volatilidad en comparación con la renta variable, se consideran una inversión conservadora adecuada para perfiles de riesgo moderado o bajo.
Sin embargo, los bonos no están exentos de riesgos. Entre los más relevantes se encuentran:
Por ello, antes de invertir en bonos, es fundamental analizar la calificación crediticia del emisor, la estructura del bono y las condiciones del mercado.