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FILPE (fondo de inversión a largo plazo europeo)

¿Qué es?

Los fondos europeos de inversión a largo plazo (FILPE) son vehículos creados por la Unión Europea para canalizar capital hacia sectores que necesitan financiación sostenida, como infraestructuras, energías renovables, vivienda asequible o pymes. Están sujetos a una regulación específica que promueve la inversión en la economía real, garantizando una protección sólida para el inversor. Una de sus características clave es la obligación de destinar una parte significativa de sus activos a inversiones ilíquidas, como empresas no cotizadas o activos reales.

La normativa de los FILPE se actualizó en 2023 para hacerlos más accesibles, especialmente para inversores minoristas. Entre las mejoras destacan la reducción de las barreras de entrada, reglas más flexibles de diversificación y la posibilidad de ofrecer liquidez parcial. Además, gracias a su “pasaporte europeo”, pueden comercializarse en todos los países de la UE sin requisitos adicionales, lo que facilita la captación de capital a nivel continental.

Aspectos clave a considerar

Las principales características de los FILPE incluyen:

  • Horizonte de inversión: Los FILPE están diseñados para inversiones a largo plazo, lo que implica un compromiso temporal más prolongado y una menor liquidez.
  • Tipo de activos: Deben invertir al menos un 55% (según la normativa reformada) en activos reales o empresas no cotizadas.
  • Protección del inversor: Incluyen requisitos específicos de transparencia, evaluación de idoneidad y supervisión para garantizar la protección de los inversores, en especial los minoristas.
  • Ventajas fiscales y regulatorias: En algunos países, pueden ofrecer beneficios fiscales y cuentan con el pasaporte europeo que permite su distribución transfronteriza.

Los FILPE representan una opción atractiva para quienes buscan diversificar su cartera con inversiones estables y con impacto en la economía real, especialmente en sectores estratégicos como las infraestructuras o la innovación. Su marco regulatorio ofrece garantías sólidas y una perspectiva europea que favorece la eficiencia y la diversificación. No obstante, su menor liquidez y el horizonte temporal prolongado que exigen pueden no ser adecuados para todos los perfiles inversores, por lo que es fundamental valorar cuidadosamente los objetivos y necesidades antes de invertir.

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