Se refiere a una estrategia de inversión inmobiliaria que se enfoca en adquirir y mantener activos inmobiliarios estables y de calidad en ubicaciones principales. El objetivo es generar ingresos regulares a través de alquileres a largo plazo, ofreciendo un flujo constante de caja y una apreciación moderada del valor de los activos con el tiempo.
Esta estrategia se caracteriza por su enfoque conservador y a largo plazo, buscando minimizar los riesgos y proporcionar estabilidad a los inversores. Los activos en los que se invierte bajo la estrategia core suelen ser propiedades bien ubicadas, con una alta demanda, como oficinas en distritos financieros, edificios residenciales en áreas urbanas consolidadas o centros comerciales en ubicaciones estratégicas.
Las principales características de la estrategia core incluyen:
En comparación con otras estrategias más agresivas, como la estrategia value-add u oportunista, la estrategia core no implica grandes reformas ni riesgos relacionados con el desarrollo de nuevos proyectos, lo que la convierte en una opción preferida por inversores que buscan seguridad y estabilidad a largo plazo.
La estrategia core es ideal para fondos de inversión inmobiliaria y carteras que buscan un rendimiento predecible y sostenible, con un riesgo controlado.