Se refiere a una etapa específica en la que una empresa busca financiamiento externo para impulsar su crecimiento o financiar sus operaciones. Durante una ronda de financiación, los inversores aportan capital a cambio de acciones o participaciones en la empresa, lo que les otorga una participación en la propiedad de la misma. Las rondas de financiación suelen ser una forma clave para que las empresas emergentes o en expansión obtengan los recursos necesarios para desarrollar productos, contratar personal, expandirse a nuevos mercados o mejorar su infraestructura.
Las rondas de financiación pueden variar en tamaño, propósito y tipo de inversores que participan. A menudo, las rondas se dividen en diferentes fases, como rondas de semillas (seed round), rondas de serie A, serie B, entre otras, dependiendo del nivel de desarrollo de la empresa y de sus necesidades de capital.
Las rondas de financiación ofrecen a las empresas la posibilidad de obtener los fondos necesarios para crecer rápidamente, pero también implican ceder parte del control de la empresa a los inversores. La valoración de la empresa en cada ronda es un factor crucial, ya que determina la cantidad de participación que los inversores recibirán a cambio de su inversión.
Los inversores que participan en estas rondas suelen ser business angels, inversores de capital riesgo (venture capital) o, en algunos casos, inversores institucionales. Es importante que los emprendedores comprendan las condiciones que los inversores pueden exigir, como derechos de control o decisiones estratégicas, y cómo estas condiciones pueden afectar la estructura de propiedad y la dirección futura de la empresa.
Las rondas de financiación también están sujetas a riesgos. Las empresas pueden no lograr captar el capital que necesitan si no cumplen con las expectativas de los inversores o si el mercado no está favorable. Por lo tanto, una planificación adecuada y una presentación sólida son fundamentales para el éxito de una ronda de financiación.